jueves, 10 de junio de 2010

SOBREPROTECTORES: Por Rosaura Barahona. Junio 3, 2010

A raíz de la baja de Jonathan dos Santos del Tri y del encarcelamiento de Celia Lora, la Sección Vida! publicó ayer un artículo acerca de la sobreprotección de los padres actuales.

Si proteger es resguardar a alguien o a algo de los peligros, daños o incomodidades, sobreproteger significa exagerar esa protección, lo que impide al protegido desarrollarse a plenitud.

¿Por qué la sobreprotección es dañina? Entre otras cosas porque el dolor nos hace crecer y, en este País, la mayoría de los niños de clase media para arriba viven en una burbuja llena de cuidados y de gratificaciones caprichosas e instantáneas. Y al crecer en un mundo así, no salen de la infancia.

Crecer significa romper el cordón umbilical que los vincula a ese mundo perfecto y artificial en donde todo les es resuelto por los adultos. Así como al empezar a comer por cuenta propia el niño se ensucia y, a veces, se pone el plato de comida en la cabeza, así titubean y fallan al aprender a hacer otras cosas.

Sólo aprenden a comer cuando lo hacen por cuenta propia a la edad debida. Si se hubiera prolongado la etapa de alimentarlos en la boca, se habrían tardado más en comer por cuenta propia. Esta lección es aplicable en muchos ámbitos más cuando no se les deja enfrentar sus desafíos; eso les impide aprender, independizarse, crecer y conocerse.

"Zizinho" debió haber dejado a su hijo enfrentar a los medios con su frustración y su dolor a cuestas. "Jona" es un joven talentoso y herido, cuya frustración en lugar de servirle para entender que las cosas no siempre salen como deseamos, le enseñó que en los momentos difíciles su padre dará la cara por él y lo protegerá.

Pobre: no será la única frustración de su vida y mientras no aprenda a aceptar ese sentimiento, no madurará. ¿O podrá su papá sobreprotegerlo siempre? Manejar el balón externo, con todo lo difícil que es, es más sencillo que manejar el interno. Cuando "Zizinho" decidió arrebatárselo a "Jona" para manejarlo él, anuló una valiosa oportunidad de aprendizaje.

Celia Lora, al manejar alcoholizada, mató a un hombre. Celia tiene 26 años y debería ser una persona responsable. Responsable significa responder, rendir cuenta de sus actos. Sin embargo, su papá olvidó todo eso al declarar: "Mi hija no bebe ni rompope", lo cual contradice todos los testimonios.

Los padres actuales reclaman a los maestros cuando sus hijos no sacan 10 de calificación, no cantan en el coro, no les preguntan a diario o no los exaltan. Y cuando crecen, en vez de dejarlos entrevistarse en la universidad a donde les gustaría ir, van los papás, indagan, sopesan, les platican a sus hijos y, a veces, deciden por ellos.

Hace poco, en un juego local de futbol infantil, el jugador número 7 de un equipo jugó muy bien. Un papá del otro equipo se bajó a la orilla de la cancha y se puso a gritar todo el tiempo "¡Pin... 7!". Claro, patanes y cretinos hay en todos lados. Si creyó que con eso mostraba su apoyo al equipo de su hijo, se equivocó. La lección para los niños fue: se insulta al rival cuando no se le puede vencer.

Pero el colmo es que, a partir de la publicación del álbum de barajitas del Mundial, las mamás son quienes las intercambian, mientras sus hijos juegan frente a ellas. ¿Las pegarán también ellas al llegar a la casa porque ellos vienen cansados del juego?

El álbum es un negocio redondo. Las barajitas son caras, pero antes el objetivo de los niños era buscar las barajas, negociarlas, hacer trueque o venderlas. Quien poseía la más solicitada se ganaba la admiración de quienes la deseaban. Las barajitas no importan tanto como que los niños aprendan a relacionarse y a desarrollar habilidades, actitudes y conocimientos. Sin embargo, las mamás les impiden todo eso al servírselas en charola de plata.

Por eso muchos niños y jóvenes creen merecerlo todo. No es culpa de ellos; eso les enseñaron. Sus papás les dan las cosas antes de que las pidan, aunque se partan el alma para lograrlo. Y si los niños no sufren decepciones, no pagan las consecuencias de sus actos y son irresponsables, ¿cómo aprenderán que el mundo no les debe nada y que son vulnerables?

Pobres niños sobreprotegidos y pobres de nosotros que debemos aguantarlos.

rosaurabster@gmail.com

Originalmente publicado en el periódico EL NORTE de la ciudad de Monterrey el 3 de junio del 2010


2 comentarios:

  1. El artículo que se titula Sobreprotectores es una realidad que estamos viviendo ya desde hace un buen tiempo. Me recordó un libro muy interesante de la LiC. Martha Alicia Chávez que se titula HIJOS TIRANOS O DÉBILES DEPENDIENTES en donde describe como les hacemos tanto daño a nuestros hijos queridos con la sobreprotección confundiendo esto con Amor. Saludos. Javier Grimaldo

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  2. Javier: En lo que los especialistas han dado en llamar: "Postfeminismo" se engloban muchos fenómenos sociales que se gestan en el hogar, entre los cuales se halla la actitud tolerante de nosotros los padres, como queriendo ser "cuates" de nuestros hijos más que autoridad. Finalmente ellos no desarrollan un marco social en cuanto a límites, con las tristes consecuencias que describe la Mta. Rosaura Barahona en su artículo.

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