DE OBAMA A LOS APETITOS
María del Carmen Maqueo Garza
Una noticia de gran relevancia durante esta semana ha sido el revés que sufrió Obama en las elecciones intermedias de la Unión Americana. El partido republicano recobra fuerza y ahora Barack Obama tiene nuevos elementos que vigilarán estrechamente su trabajo como presidente de la nación más poderosa del mundo. Y quizás quede fuera de la contienda para una eventual reelección.
En estricto apego a la verdad Obama reconoció públicamente sus errores frente a este nuevo escenario político. La figura carismática de campaña fue sufriendo reveses por varios asuntos, el primero la guerra de Irak que hubo de prolongarse poco más de un año hasta el momento cuando la dio por terminada, coincidiendo por cierto con su nominación como Premio Nobel de la Paz.
Lo segundo tiene que ver con la crisis financiera que llevó a cartera vencida a muchas familias estadounidenses, con la subsiguiente pérdida de sus propiedades, fenómeno que a más de un año de ocurrido, no acaba de resolverse.
Un tercer asunto que puso en difícil situación al gobierno de Obama fue su actitud frente a la catástrofe ecológica provocada por la British Petroleum que se vio muy lenta en dar con una solución eficaz para el derrame petrolero que afectó buena parte del Golfo de México.
Y quizás lo que acabó de complicar las cosas para el primer demócrata de color en ocupar la presidencia, sea lo relativo a la ley de salud que estuvo muy lejos de satisfacer las expectativas de sus propios votantes. Del mismo modo en asuntos migratorios una buena parte de la población hispanoparlante se sorprendió con el poco apoyo que sintió haber recibido de un presidente que en campaña hizo las grandes promesas en favor de las minorías étnicas de su país.
Mientras todo eso sucede en Estados Unidos, en México las cosas se manejan de otro modo. Funcionamos en un sistema claramente piramidal, y la idea es tirarle a la cúspide, y que el que ya llegó a ella se aferre con todo para no caer; por esta vía se aseguran jugosos ingresos que crecen así porque sí una o dos veces al año, en tanto el resto de los mexicanos, simples mortales nos comemos las uñas. Ya ven ustedes, ahora se habla de considerar los ingresos por concepto de pensión como “ganancias” y gravarlos amén del ISR que a la fecha se aplica a los cheques de jubilados y pensionados.
Cuando el principal objetivo en esta vida se expresa en pesos y centavos, es lógico que se aspire a estar en la punta de la pirámide, a salvo de los sufrimientos y males del resto de la población. Ahora que comienza a sentirse la efervescencia de la contienda política del 2012 ya venimos observando fenómenos singulares; hay elementos de ultraderecha que dijeron que primero muertos que en alianzas… O son zombies, o tienen Alzheimer, porque han pasado a formar alianzas y lo antes dicho se esfuma; aunque claro, en nuestro amado México todo es relativo, sobre todo la palabra. ¡Vaya! si sorprenden a un ladrón con las manos en la masa metido “hasta los codos”, él simplemente se aferra a decir una y otra vez que él no fue y que es inocente, hasta que probablemente por cansancio la autoridad lo deja en libertad por falta de méritos. Somos el país donde la palabra definitivamente se impone por encima de los hechos tangibles; es por cierto la herramienta idónea para avanzar hacia la cúspide y asegurar la permanencia en ella.
Mi señor padre fue un hombre muy inteligente, y en cuestión de política a muchos años de distancia anticipó qué estaría sucediendo por estos tiempos. De manera reiterada insistía en que el período ideal para una presidencia de la república eran cuatro años, pues entre más tiempo pasa un mandatario recibiendo a diario tantos aplausos y alabanzas, más fácilmente entra en un estado de delirio que le lleva a pensar que de sus labios y nada más de ellos, brotan las grandes verdades, las perfectas y absolutas últimas verdades, y que hasta un estornudo, siendo suyo, debe quedar registrado para la historia.
Antes de las fanfarrias de la precampaña y el dispendio que implican nuevas elecciones, pero sobre todo al margen de la palabra, yo preguntaría: ¿En qué va lo de la Guardería ABC? ¿Las muertas de Juárez? ¿Pasta de Conchos? ¿Casitas del Sur? ¿Tantos daños a población civil asociados al ataque contra el crimen organizado?... Perdón, y hablando de los apetitos de otro orden, no solamente políticos, tal parece que la llamada Ley Anti-obesidad quedó limitada a impedir anuncios de comida chatarra en las escuelas pero sin restringir su venta. ¿No es un ejemplo maravilloso de los alcances que tiene la palabra en México?...
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