Orden
El director de tránsito de Linares, Nuevo León, es un militar.
Un vecino confianzudo lo tuteó y le ofreció mordida.
Lo esposó, lo llevó a la cárcel e hizo que lo arrestaran por 32 horas.
A un juez de letras le pidió con atención que no obstruyera la acera con su auto.
Le respondió que tenía años de estacionarse así y así seguiría.
El comandante pidió grúa y mandó al corralón el vehículo.
El comandante, en apoyo a su funcionario, rehúsa cancelar o reducir las multas.
Es política de "Cero Tolerancia", lo que antes llamábamos civismo.
jvillega@rocketmail.com
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