domingo, 2 de diciembre de 2012

PRIMERO DE DICIEMBRE por María del Carmen Maqueo Garza


Necesitamos asimilar que la vía de los desmanes no es el camino a la negociación.
Que la violencia no es una forma de sembrar paz, como tampoco se consigue ésta mediante las armas.
Es tiempo de asumir cada cual nuestra responsabilidad frente a un proyecto de nación que se antoja muy urgente.
No es la visión de un solo hombre ni de un partido.  Es la esperanza por recuperar esa nación que se nos ha ido de las manos a todos los mexicanos.
En la medida en que pretendamos lograr cambios mediante actos de vandalismo, no va a suceder nada bueno para el país.
Ayer, durante la revista que pasa el flamante Presidente a las Fuerzas Armadas en el Campo Marte, no pude contener la emoción.
Apreciar la perfección que ha caracterizado a nuestras tropas cuando desfilan, despierta mi orgullo como mexicana.
Y sobre todo me recuerda el brillo en los ojos de mi padre cuando me enseñaba a amar a México, siendo yo una niña.
Contrasta esta belleza con los destrozos de quienes mediante actos de destrucción y saqueo afectan los derechos de terceros, dizque en son de protesta.
En estos actos de barbarie no cabe  ninguna propuesta sensata, ninguna  posibilidad de negociación.
Es hora de comenzar a asumir que todos vamos en el barco, y que si se hunde, nosotros y nuestros hijos  lo hacemos con él.
Tiempo de hacer a un lado las rabietas infantiles para comenzar a trabajar con mente, cuerpo y espíritu por el bien de la nación.
Por ese legado de nuestros padres que debemos entregar a nuestros hijos como herencia sagrada.

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