domingo, 28 de julio de 2013

CONFETI DE PALABRAS por Eréndira Ramírez


Esta vida no tiene sello de garantía, es desechable, solo se usa una vez, tiene tiempo de caducidad no advertible, el envase será no retornable, frágil, manéjese con cuidado.
 No tiene precio, el valor se lo dan tus actos, tu trayectoria, y varía de acuerdo al criterio del que la analice, para algunos diría José Alfredo Jiménez, "la vida no vale nada".
 No tiene tampoco instructivo, cada quien recibe sus propias guías de como manejarla, es versátil, el usuario tiene la facultad de adaptarla según crea conveniente, para bien o para mal.
 Se puede compartir con otras. Siendo susceptible de contaminación, procure mantenerlo alejado de la angustia, el miedo, la mentira, la miseria humana.
 Se recomienda protección a través de la fe, el acercamiento a las artes, al amor al prójimo y a todo aquello que proporcione enriquecimiento espiritual, esto le dará a la vida una dimensión que permitirá la trascendencia.
 La vida se acaba, pero si posee riqueza espiritual, seguramente trascenderá.
 Si usted adquirió una vida, recuerde que no se aceptan devoluciones, usted póngale el argumento; el final queda en manos del proveedor.

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