domingo, 11 de agosto de 2013

CONFETI DE PALABRAS por Eréndira Ramírez



...Y así sucede a veces, que al paso de tiempo lo que en tantos años se había fortalecido, lo que se creía fincado en cimientos firmes de amor, tolerancia, ayuda mutua, se nos viene encima como si una detonación que no advertimos antes  la hiciera desplomarse sin darnos oportunidad de evitarla o mínimo de correr para no ser dañados por los fragmentos que se desprenden y nos hieren como proyectiles que golpean el alma.

¿Qué fue? ¿Quién fue?... Buscar la causa a veces solo consigue empeorar las cosas, nadie se asume responsable, y aquí definitivamente no se puede culpar a la naturaleza, a menos que hablemos de la naturaleza humana.

El egoísmo, el orgullo, el resentimiento, la soberbia, todo esto destruye relaciones en las que tomó mucho tiempo construir, pero dejamos sin mantenimiento.

La naturaleza humana afortunadamente tiene también los elementos para no ir dejando solo escombros en la vida, sino por el contrario ser capaces de removerlos y construir de nuevo relaciones más firmes y duraderas, aprendiendo de nuestras fallas para darles mantenimiento y permitir que trasciendan mas allá de nosotros para que sean herencia de nuestros descendientes.

Ingenieros espirituales armados con aceptación, tolerancia, humildad, generosidad, perdón y toneladas y más toneladas de amor. Manos a la obra: ¿quien dijo "yo"?

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