domingo, 15 de septiembre de 2013

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

DE PERROS, PLANTONES Y  OTRAS COSAS
Una realidad incontrovertible en el siglo XXI es el hecho de que las redes sociales actúan como espejo de nuestras fantasías.  A través de su uso fabricamos la clase de imagen propia que necesitamos para sobrevivir en un mundo caótico.
   Se hace llamar @illumivato; aparenta unos dieciséis años.  Es fanática del grupo musical “One Direction”, al cual comenzó a “seguir” esperando que ellos la siguieran en correspondencia (“follow back”).  Entre los más de quince millones de seguidores de este grupo en Tuiter, lo más seguro es que nunca se percataron de la solicitud de la adolescente, quien entonces amenazó publicando: “O me siguen, o le rompo el cuello a mi perro”, texto que hizo acompañar de una imagen de su pie sobre el cuello de su mascota en el suelo.  Al no tener respuesta, procedió a aplastarle el cuello hasta matarlo, para luego subir una última foto  donde aparece llorosa con el perrito exánime en sus brazos, culpando a los músicos por lo ocurrido.
   El relato anterior viene a sumarse a una serie de interminables narrativas que  asocian la violencia que un ser humano percibe con la que él posteriormente  genera.  Así está el caso de las mascotas de Ciudad Juárez, contra las cuales los pocos niños que siguen viviendo en colonias azotadas por la delincuencia organizada, ejercen todo tipo de bizarras agresiones.  Una vez más, como  muestra de la violencia que ha venido desgarrando su propia infancia.
   Ahora bien, con este mismo par de lentes comienzo a visualizar el conflicto de los maestros en la ciudad de México. Al momento de terminar esta colaboración las fuerzas del orden proceden a desalojarlos de la plancha del Zócalo capitalino.  Detrás de todo, sabemos,  existe un grupúsculo de líderes sindicales dispuestos a que el asunto “truene”.  Sus piezas sobre el tablero son miles de maestros traídos de diversos estados a la ciudad de México para generar molestia, caos vial, y a últimas fechas desmanes.
   Cuadrillas de maestros van, cuadrillas de maestros vienen, desde y hacia sus  sitios de procedencia, en un continuo que parece alimentarse a sí mismo.   Los analistas políticos  que conocen  a profundidad estos movimientos humanos lo dejan claro, se busca que haya víctimas, como una forma de presión social.
   Claro que víctimas ya las hay, los  capitalinos que  tienen un mes sin llegar a tiempo a cumplir sus compromisos; los comerciantes que han sufrido pérdidas millonarias; el turismo que habrá cancelado algún viaje programado  a la ciudad de México. Y por supuesto, en primerísimo orden, los alumnos de instituciones públicas que suman a su ya deficiente proceso educativo los ausentismos de los maestros a causa de estas movilizaciones.
   Un poco más del 5% del PIB está destinado a la educación, y del 100% de  dicho presupuesto, el 95% se destina a pago de sueldos y salarios.   Queda un 5% para construcción y mantenimiento de inmuebles; compra de material y equipo; capacitación y demás… Aún así, la mayoría de los maestros siguen siendo mal pagados, lo que lleva a la pregunta obligada: ¿A dónde va a parar ese dinero?...Lo más grave, la falta de transparencia nos impide conocerlo. Pero una cosa es cierta, si  los líderes del gremio han gastado sumas multimillonarias en estas movilizaciones, es porque esperan obtener ganancias.
      Así queremos entender el problema: Maestros obligados por sus líderes a  participar en  plantones y movilizaciones lejos de sus hogares por varias semanas, en tanto los gobiernos de algunos estados comienzan a presionarlos a regresar a dar clases, o los dan de baja… La mayoría son padres de familia que necesitan de ese salario para vivir, ya están cansados de seguir en el plantón, pero a la vez temen desacatar las indicaciones de sus líderes…
   Quiero suponer que como la adolescente con su mascota, los maestros comienzan a  sentir la desesperación de ser utilizados sin voz ni voto, quizás sin acaso tener en claro el motivo de la lucha.  No nos  sorprenda pues, que hayan comenzado a provocar daños patrimoniales, a atacar policías,  y a orinar en plena vía pública. Y mi pregunta, si se les sigue presionando por uno y otro lado, ¿no terminarán en su frustración como @illumivato, actuando fuera de toda razón, atacando con violencia como una manera desesperada de llamar la atención?
   La actitud de los líderes sindicales me recuerda un tanto la de los emperadores en el Circo Romano,  presenciando el espectáculo de seres humanos indefensos en la arena frente a los leones,  en una orgía de sangre,  sabedores gozosos de  todo el poder que se hallaba concentrado en su pulgar derecho al momento de decidir entre la vida y la muerte de otros seres  humanos.

   Como sociedad civil: ¿Hacemos frente común, o esperamos a que  suban la foto  al “feis”?...

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