domingo, 17 de noviembre de 2013

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Esta era definitivamente marcada por la tecnología tiene su encanto, el poder acceder a tanta información de toda índole, contactar con personas en cualquier lugar del mundo, retomar la comunicación con amistades y saber el día a día de ellos, enterarnos en el momento de los sucesos mas recientes, en fin, sería interminable enumerar todas las posibilidades que nos abre la tecnología en nuestro hacer diario.
A quienes las conocimos ya no tan jovencitos, incorporarla en nuestra vida toma tiempo y requiere de triple esfuerzo, pero yo sin mucho conocimiento disfruto de sus beneficios y con mi poco entender, la lucha le hago. ¿Se nos facilita la vida?... en muchos aspectos si, lo que si me implica todo un reto es el aprendizaje de claves de acceso para todo, para entrar a mi casa, en la alarma, para mi laptop, la de mi programa de archivos médicos en el consultorio, en la caja automática, en el Hotmail, en el Facebook.
Mis números secretos lo son tanto ¡que a veces ni yo misma los sé! Antes usaba mi nombre, era suficiente, una llave, el botón de encendido, ¡ahora hay que usar la CLAVEEE! 
Pensándolo bien, quizá siempre ha sido así, solo que sin llevar número, pero siempre hemos tenido que usar claves, para disfrutar la vida, para buscar el éxito, para encontrar el amor, para tener una amistad larga, para educar a los hijos, para encontrar la felicidad.  ¡La clave siempre es necesaria! pero no es tangible, no se puede leer, ni escribir, ni memorizar, ni nos la pueden robar; la clave está en nuestro sentido común, en nuestra forma de ver la vida y en como la vivimos, en nuestra educación, cada quien tiene su clave o más bien sus claves para ser, para existir, para abrir las puertas que encuentre en el camino, y los corazones de quienes compartan su vida. 
Tener la clave precisa que permita entrar a un mundo donde espíritu y materia estén en balance, claves para penetrar en el corazón y mente de la gente para bien de ellos y de ti mismo. Claves auténticas que no son sujetas a olvido, que surgen espontáneas, transferibles, las verdaderas claves del humanismo, de la fe, del amor a nuestros semejantes... ¿Tienes la clave?

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