REFLEXIONES DE UNA MADRE PEDIATRA
Sacrificar, palabra que con frecuencia se usa cuando se
refiere a la profesión del médico.
Se "sacrifican" tantas cosas, dicen, así mismo al
referirse a la maternidad, ser madre, dicen, implica muchos
"sacrificios". En ambos casos, me suena tan dramático y exagerado el
término, que acaba no definiendo para mí, lo que realmente en ambos casos
ocurre.
Si bien el sacrificio es una renuncia voluntaria, a favor de
algo o alguien, el término le da una connotación que me hace pensar en un
médico o madre con cara de sufrimiento, de abnegación exagerada.
Yo hablaría simple y sencillamente de una renuncia, sí de
una renuncia en la cual se deja algo por que nos interesa más lo otro, porque
nos place hacerlo, porque encontramos en ello la mejor versión de nuestras vidas.
Renunciamos a esto por aquello, porque en aquello es donde
encontramos la plenitud, donde nos sentimos mas realizados. donde además existe
un compromiso que elegimos en forma voluntaria en otras quizá menos reflexiva,
pero que finalmente se convierten en prioridades en nuestras vidas, que le dan
sentido a la misma, nuestra entrega le da el mayor bienestar a conciencia y
corazón.
Sacrificio sería vivir con remordimientos de no hacer lo que
nos corresponde o de hacerlo a medias, pero privarse de vivir, hacer o tener
cualquier cosa por hacer aquello que a cambio nos brinda satisfacción, que nos
alimenta el alma, es saber elegir y complacernos, y eso no debiera llamarse
sacrificio.
Sacrificio es dejar lo placentero por cumplir deberes que no
nos son gratificantes, yo agradezco a la vida poder haber vivido la maternidad
y mi profesión, con renuncia si, pero nunca con sacrificios.
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