domingo, 14 de septiembre de 2014

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

REFLEXIONES DE UNA MADRE PEDIATRA
Sacrificar, palabra que con frecuencia se usa cuando se refiere a la profesión del médico.
Se "sacrifican" tantas cosas, dicen, así mismo al referirse a la maternidad, ser madre, dicen, implica muchos "sacrificios". En ambos casos, me suena tan dramático y exagerado el término, que acaba no definiendo para mí, lo que realmente en ambos casos ocurre.
Si bien el sacrificio es una renuncia voluntaria, a favor de algo o alguien, el término le da una connotación que me hace pensar en un médico o madre con cara de sufrimiento, de abnegación exagerada.
Yo hablaría simple y sencillamente de una renuncia, sí de una renuncia en la cual se deja algo por que nos interesa más lo otro, porque nos place hacerlo, porque encontramos en ello la mejor versión de nuestras vidas.
Renunciamos a esto por aquello, porque en aquello es donde encontramos la plenitud, donde nos sentimos mas realizados. donde además existe un compromiso que elegimos en forma voluntaria en otras quizá menos reflexiva, pero que finalmente se convierten en prioridades en nuestras vidas, que le dan sentido a la misma, nuestra entrega le da el mayor bienestar a conciencia y corazón.
Sacrificio sería vivir con remordimientos de no hacer lo que nos corresponde o de hacerlo a medias, pero privarse de vivir, hacer o tener cualquier cosa por hacer aquello que a cambio nos brinda satisfacción, que nos alimenta el alma, es saber elegir y complacernos, y eso no debiera llamarse sacrificio.

Sacrificio es dejar lo placentero por cumplir deberes que no nos son gratificantes, yo agradezco a la vida poder haber vivido la maternidad y mi profesión, con renuncia si, pero nunca con sacrificios.

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