domingo, 14 de septiembre de 2014

La Guerra de dos Mundos por Chico Sánchez

De su libro: "Viaje al Centro del Universo"  el autor, conservacionista y gran amigo, Chico Sánchez nos ofrece en su segunda parte  este texto caminero.


El coyote

Nuestro viaje continúa cruzando la Sierra Gorda de Querétaro para llegar a Xilitla, en la Huasteca Potosina. En unas horas pasaremos de estar en una ciudad llena de autos y contaminación a respirar el aire puro de una selva llena de agua y de vida. En un solo día veremos dos mundos totalmente opuestos. 
Debido a que la carretera ha sido remodelada podremos ir a más velocidad, pero pronto vemos que no todos los avances son lo que parecen y a mitad de camino encontramos a un coyote recién atropellado. El animal murió mientras intentaba cruzar la carretera.

Las carreteras son medios de comunicación entre comunidades y sin duda tienen gran utilidad. Pero tras ver al animal muerto me pregunto: ¿Están diseñadas las carreteras para convivir con la naturaleza? ¿Están construidas con la idea de conservar nuestro medio ambiente?

Para muchas personas el coyote es simplemente un perro salvaje que no tiene utilidad porque no lo pueden comprar ni vender, pero para mí, sin embargo, un coyote es una vida y su muerte injustificada me provoca dolor.

Tras ver el cuerpo atropellado del animal las hermosas vistas de la Sierra Gorda se han tornado tristes. La enorme carretera aparece ahora como una cicatriz profunda en las montañas. La sierra está herida.

Mientras el automóvil avanza, imagino cuántos animales morirán cada día alrededor del mundo en las carreteras. ¿Tendrá esto que ver con la extinción de las especies?

Cuando un animal muere en la naturaleza su muerte es sagrada porque da la vida para alimentar a otro. Y me pregunto: ¿Qué sentido tiene esta muerte?¿Para qué murió este coyote?¿Por quién dio la vida?

Si otro animal hambriento intentara comer sus restos, probablemente, moriría atropellado también. Una cadena que no tiene final.

Mientras cruzamos la sierra pienso en soluciones. ¿Se podrían crear pasos subterráneos bajo las carreteras para que los animales cruzaran sin perder sus vidas? ¿Se podrían fabricar coches que no alcanzaran ciertas velocidades para atropellar menos animales? ¿Deberíamos hacer algo para que las carreteras no hagan tanto daño a la naturaleza?

Pero cumplir los sueños en nuestra sociedad cuesta dinero y: ¿quién estaría dispuesto a bajar la velocidad en una sociedad en la que lo importante es llegar rápido y llegar primero? ¿Quién estaría de acuerdo en acondicionar las carreteras para que no maten a los animales? ¿Realmente a nuestra sociedad le importan los animales?

Proteger a la naturaleza sería lo más inteligente que podría hacer el ser humano porque su supervivencia depende de ella. ¿Pero es realmente el humano un ser inteligente? El diccionario de la lengua define la palabra inteligencia de la siguiente forma:

1.f. Capacidad de entender o comprender.
2.f. Capacidad de resolver problemas
3.f. Conocimiento, comprensión, acto de entender.

Entonces, surge una nueva pregunta, si fuera verdad que los seres humanos son inteligentes: ¿No tendrían la capacidad de comprender que están destruyéndose a ellos mismos cuando destruyen a la naturaleza que les da la vida? ¿No entenderían que el abuso del consumo y del uso de productos químicos nos afectará a todos a largo plazo? 

Pueden continuar la lectura de este magnífico texto en: http://diarioobservador.blogspot.mx/2014/09/viaje-al-centro-del-universo-parte-2-la.html


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