domingo, 22 de febrero de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Cada quien se siente más o menos satisfecho de lo que ha sido su vida.

A veces sentimos que teníamos todo para lograr el éxito y las circunstancias no nos favorecieron, otras que por el contrario supimos aprovechar las oportunidades y nuestras acertadas elecciones nos llevaron a lograr lo que nos habíamos propuesto aun a pesar de que nadie nos allanó el camino.



Pocas veces se oye a alguien confesar que dependió de si mismo no haber llegado a la meta, a la propia incapacidad, a la pasividad, a la pereza, a la falta de perseverancia o responsabilidad o aceptar que fueron las circunstancias las que sin necesidad de hacer gran cosa en lo personal, nos favorecieron. 

No es fácil asumirnos como responsables de nuestra realidad, no nos gusta admitir que como reza el poema de Amado Nervo que "somos el arquitecto de nuestro propio destino" a menos claro está que nos sintamos triunfadores, entonces si nos viene bien. 

"Soy yo y mi circunstancia" diría Ortega y Gasset... ¿y cual de los dos incide más en el otro? 

Benditas circunstancias que somos capaces de modificar para lograr el éxito, o a las que  podemos culpar si no lo logramos.

¿Que haríamos si todo dependiera de nosotros? Seguramente aumentaría el número de depresiones y de ansiedad.

Mis circunstancias me liberan de la culpa, mis circunstancias me pueden hacer el héroe de la misma. 

Finalmente las circunstancias reciben, por lo general, el papel de villanos en nuestra vida.


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