domingo, 14 de junio de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Uno vive, despierta, sigue rutinas generalmente, otras veces planea algo nuevo o aparece de golpe algo que no se agendó, algo bueno, no tan bueno, pero estamos expuestos a que se cambie el ritmo de nuestro día, vulnerables a más no poder a sufrir giros en cada instante vivido.

A pesar de las circunstancias, de todo aquello que no está en nuestro poder, sentir que tenemos la rienda de nuestra vida en las manos es necesario, es indispensable para no perder la estabilidad, para no quedar a merced de los fuertes vientos que llegan sin apenas alertarnos.

Saberse suficiente sin excesos, reconocer fortalezas sin dejar de admitir nuestras debilidades, reconocer cuando requerimos apoyo y admitirlo sin falsos orgullos, hacernos pues ligeros para no resultar carga pesada cuando nos agobie, cuando nos rebase la fatalidad.

Dar el justo peso a los hechos, no sobrevalorar la amargura, no menospreciar la dicha, no jactarse de lo que se tiene, o se es, y tener que agradecer más lo que se es que lo que se tiene.

Reconocer la fortuna que nos llega en cada amanecer y saber que las nubes se disipan, que el sol está ahí aunque se nos oculte tras ellas.

Vivir creyendo que la vida es lo mejor que nos pudo haber pasado y no dejarla escapar inadvertidamente como un lastre que nos frena, nos hunde en las aguas de la tristeza, de la desolación.

La felicidad no es promesa que te da la vida, es encuentro que uno mismo tiene la posibilidad de provocar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario