domingo, 19 de julio de 2015

LUNA CINCO: LA SONRISA DEL GATO por María del Carmen Maqueo Garza



   Yo siempre he sabido que la luna es mujer; en ratos ha sido diosa, o madre, o hermana buena.  Sin embargo esta noche he cambiado de parecer.  Luce alta, muy blanca, contrastando con el tapiz negro del fondo, pero muestra una gran sonrisa que el poeta llamó “la sonrisa del gato”.  Es una sonrisa pícara, cómplice, una sonrisa sensual, que sabe de amores prohibidos.
   La encuentro allá en lo alto coqueteando con las estrellas, imponiendo su varonía sobre la más brillante.  Venus prefirió recoger sus ropajes y retirarse temprano.  Marte se sonroja un poco más que otras noches.  Las Nereidas se esconden como niñas traviesas para no ser alcanzadas por la luna.
   La miro avanzar sobre el firmamento como un gato pachón y presumido.  Negro, porque tiene que ser negro ceniciento para actuar coqueto y sensual.  No imagino un ojiazul gato blanco, de esos que sólo saben ronronear tumbados en algún sillón, emitiendo una sonrisa de éstas.  Una sonrisa que conoce los más guardados placeres del amor gatuno.  Una sonrisa que se da luego de que ha recorrido, y tocado, y penetrado en espacios mágicos que no a cualquiera le son ofrecidos.
   Esta noche he aprendido que la luna tiene una sonrisa de gato, porque anda en esos días del mes en que muestra su otro yo, y que debemos empezar a referirnos a ella como “señor luna”.
   Yo que soy hija de la luna, no dejo de abochornarme al descubrir que mi madre es más de este mundo y menos del otro.  Se rompen las imágenes de siete espejos, y entonces volteo y la veo, y comienzo a entender la vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario