domingo, 27 de septiembre de 2015

Héroe emplumado: Cuento de Alfredo Ávalos


Desde que era un pollito de plumas amarillas había escuchado con fascinación la leyenda de la oruga gigante.  Se decía que pasaba dos veces al día en medio de un estruendo de metales y que no había ave en la tierra o en los cielos que pudiera devorarla.
   Le cambió el color de las plumas, le apareció la cresta y se le alargaron las patas en menos de lo que canta un gallo.  Se salvó de la cazuela de mole, de las garras de gatos, perros y coyotes y hasta sobrevivió a una fiebre que tenía al mundo de cabeza, y se decía se incubaba en los de su especie.   Nunca en el tiempo de su vida dejó de pensar y preparar la hazaña que lo convertiría en mito; matar y devorar a la oruga gigante.
   Así que una mañana decidió que era el día de ir al encuentro de su destino.  Se despidió de sus gallinas y de los pollos nonatos colocando la cresta en cada huevo.  Y así, sin más armas que pico y espolones afilados, se montó en la vía ferroviaria por donde se decía que corría la oruga gigante.

El catedrático y escritor Alfredo Ávalos reside en San Antonio, Texas,  fundador del grupo "Letras en la Frontera".

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