domingo, 3 de abril de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



De regreso, después de una larga visita al estado de reposo, regresamos a la rutina,

Y como rutina suena a monotonía.digamos que regresamos a la vida, a esa extraordinaria oportunidad de crear buen ambiente en nuestro hogar, en nuestro trabajo, dentro de nosotros mismos, de permitirnos sentir al mundo y a los demás, de encontrarnos con miradas cómplices que nos dan la certeza de que no se trata de lidiar con veinticuatro horas, sino de disfrutarlas, buscando equilibrar el esfuerzo con el ocio,ser responsables sin ser tan estrictos como para no permitirnos un poco de tiempo para perderlo, para perdernos en contemplar a nuestro alrededor sin ningún propósito especial, es acaso esto la mejor manera de perder el tiempo, encontrando en él ese espacio que nos roba la rutina y que hasta muchos años después valoramos y nos reprochamos.

Dejar de ver tan solo de frente, un solo propósito, ese que se volvió el centro de nuestra vida, que nos fue trazado desde niños, mirar hacia arriba y tener un encuentro con las nubes, jugar con sus formas,seguir a los pájaros en sus vuelos, alucinar con mil colores de flores, en medio de la obscuridad nocturna, vernos frente a frente con la luna.

Ni un solo día quede destinado tan solo a la rutina, la vida es más que alcanzar metas, es disfrutar el trayecto,es contemplar el paisaje, admirar es convivir e intercambiar experiencias con nuestros compañeros de viaje, es no olvidar la sensación de una tierna palabra, de una caricia, de una sincera mirada, del contacto humano.

Más de una vez he comprobado que lo mejor de un viaje no es el destino final.

Exitoso aquél que supo llenar el alma de todo aquello que sin buscar intencionadamente, a manos llenas le obsequió la vida.

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