
los minutos de arena.
Cosas como del agua
nos llevan las manos, la mirada
y casi toda la voz.
Son pasajeras nimiedades
y lúbricas torpezas.
Nos apartan del mar donde podrían
las horas compactarse.
Pues llegará el crepúsculo y el tiempo
se llevará las últimas arenas
y arrojará las sombras encima
del mirar.
Gracias a Carlos por su magnífica sugerencia.
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