domingo, 5 de mayo de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


No importa cuan difícil sea la vida, lo importante es poderla continuar.

Es tener la entereza, para reintentar, la fuerza para poderse levantar, la habilidad para reconstruir lo que el infortunio dañe, humildad para reconocer y sabiduría para enmendar en la medida de lo posible los errores cometidos.

No es pecado equivocarse, sino insistir en el error, cuando se tiene conciencia de estarlo haciendo. 

Admiro a quienes logran rehacerse, a quienes toman la oportunidad que la vida les da, para empezar de nuevo, desde cero, quizá de menos de cero, porque sus pérdidas han sido materiales y morales, y que manteniendo aún un espíritu maltrecho pero no extinguido, tienen la fuerza de voluntad, la fe en vivir el resto de sus vidas con dignidad, con la satisfacción de luchar por encontrar el rumbo que alguna vez perdieron. 

Quien siempre ha actuado bien, merece admiración y respeto, pero no merece menos aquél que puede lidiar con su pasado y decide vivir un mejor presente, doble lucha de la que muy pocos logren salir triunfantes. 

No hay peor derrota que la rendición, mientras haya en el interior de nuestro ser un incentivo para reconstruirnos y lograr hacerlo por voluntad y esfuerzo propios. La vida te recibe una vez al nacer, pero casi siempre ofrece la oportunidad de darte una segunda bienvenida, no hay que rendirse nunca, no mientras no sea la muerte nuestra adversaria.

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