ALBORADA
Comienza a amanecer. Epifanía.
La luz silente descorre la mañana. Se despliega
un abanico inagotable de colores mansos. Vuelvo a la infancia,
cuando se descubre el mundo con ojos límpidos.
Serenos resabios de horas sin tiempo.
Espacios mágicos donde aprendí a inventarme
--una y otra vez.
Cruzan mis pupilas el claro océano sin nubes.
Vuelan a la par de alegres golondrinas
que se columpian de los haces de luz
Mientras que la civilización, gigante dormido,
Se va desperezando, para romper
Con su invasión de ruidos y humos tóxicos
Por las siguientes veinticuatro horas
El mágico encanto de la alborada.
un abanico inagotable de colores mansos. Vuelvo a la infancia,
cuando se descubre el mundo con ojos límpidos.
Serenos resabios de horas sin tiempo.
Espacios mágicos donde aprendí a inventarme
--una y otra vez.
Cruzan mis pupilas el claro océano sin nubes.
Vuelan a la par de alegres golondrinas
que se columpian de los haces de luz
Mientras que la civilización, gigante dormido,
Se va desperezando, para romper
Con su invasión de ruidos y humos tóxicos
Por las siguientes veinticuatro horas
El mágico encanto de la alborada.
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