domingo, 22 de marzo de 2020

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza


El aire susurró, gritó… no fue escuchado
El sórdido metal  arrancó a la tierra  
          --uno a uno--
Sus preciosos hijos. El desgarrador lamento
De madre que nació en su vientre
Se perdió a lo lejos, entre la polvareda
Las aguas se enturbiaron. Sucumbieron todas sus criaturas
Los ojos del hombre no lloraron
         --habían olvidado cómo hacerlo--.
Se cubrió la  fértil campiña con cemento y hierro
Se ahogaron las especies.  Confiadas bebían las aves
De  cunetas urbanas un agua iridiscente que las fue matando
La violencia se adueñó de espacios, de mentes, de intenciones.
Sobrevino el caos.

A la entrada de la primavera, entre estertores de muerte
Se hizo escuchar natura
En todas las regiones la zozobra llevó al humano a replegarse
Desde el silencio de las máquinas comenzó a fluir
La música del viento, la melodía del agua, los trinos mañaneros.
En el encierro  doloroso del hombre
Hoy asoma su rostro de niño la esperanza.

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