domingo, 4 de octubre de 2020

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Los héroes son seres mitológicos o mortales, gente que en el sentido amplio de la palabra se refiere a aquellos que nos salvan de un gran peligro.

Y hay tantos que pasan por este mundo con pena y sin gloria. Ayer me detenía a ver a los recolectores de basura, hombres que desde temprana hora y a temperaturas como son las de estos latitudes, de más de cuarenta grados, viajan en la parte trasera del camión, sin llevar siquiera los trajes adecuados que les protejan de la contaminación con la basura, basura que está por demás decirlo ni siquiera tenemos la cultura de clasificar, y que se mezcla indistintamente colocándose en un solo contenedor.

Puedo imaginar el nauseabundo olor que de ahí emana, las veces que estos hombres tendrán contacto en su ropa y en su cuerpo con la mayor inmundicia, los desperdicios de todo tipo que la población desecha.

Empleo de alto riesgo, que no se valora en todo lo que implica, de riesgos y esfuerzo para los que lo practican y de beneficio para la comunidad que gracias a ellos, puede mantener su casa, su calle, sin la fatal basura que producimos. Lo hacemos sin mayor conciencia, sin ponernos límite alguno, despreocupados totalmente de lo que implicaría no podernos deshacer de ella; cuando menos una gran mayoría gozamos de este privilegio.

No pude sino verlos trabajar y sentir que se me encogía el alma, de tan solo pensar en que son gente que día a día, lucha por el pan que llevarán a su casa, que no han tenido otra mejor oportunidad y por eso se dedican a labor tan ardua, riesgosa y mal remunerada. Me quedé pensando, en lo que se dice una y otra vez que la gente es pobre porque no trabaja, o porque no estudia o se esfuerza, reflexionando en que definitivamente no todos tenemos las mismas oportunidades, ni podemos señalar y criticar a la ligera a esta gente que sí se esfuerza, que sí trabaja, pero que puede aspirar muy poco en esta vida. 

No imagino estudiar una carrera y luego dedicarse a recolector de basura. Este mundo necesita del trabajo de todos, a distintos niveles, requiriendo distintas capacidades y preparaciones, pero todos, absolutamente todos somos necesarios, indispensables algunos más que otros. Quien a estos oficios se dedica, merece todo nuestro respeto, incluso admiración, agradecimiento, pero sobre todo y ya que con todo esto no se come, merece percibir salarios y prestaciones dignas, que les permitan a ellos y a sus familias vivir con las necesidades básicas satisfechas y con calidad de vida.

Hoy dedico un humilde homenaje a estos héroes, a los recolectores de basura y a la gente que como ellos, hacen con su trabajo un mejor mundo para todos. Que un día haya justicia para ellos, y reconozcamos todos que en este mundo, que la pobreza en su gran mayoría no es una consecuencia de que la gente no tenga ambición de prosperar o por pereza, y al reconocer las verdaderas causas, nos decidamos de una vez por todas a atacarlas.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario