HAS LLEGADO A CASA
Homenaje póstumo a Don
Javier Villarreal Lozano
El día de ayer, 24 de octubre, se
adelanta en la ruta común Don Javier Villarreal Lozano, reconocido historiador,
poeta, promotor cultural y catedrático fundador de la Escuela de Ciencias de la
Comunicación de la UAdeC, entre otros cargos que ejerció con
excelencia en vida. Así, con su paso silente con el que cruzaba por los
pasillos de la facultad, café en mano, así decidió partir esta vez, cuando –finalmente—tuvo
su amada Ítaca a tiro de piedra.
Una dolencia cardíaca lo envió al hospital hace una semana. Poco supimos de su persona en estos días; lo imagino con un montón de libros al lado de su cama, para así desdeñar la presencia ominosa de frascos, tubos y trazos luminosos que pudieran conturbarlo.
Lo conocí hace más de 30 años en
el entonces llamado CAVIE, que luego cambió a ICOCULT, y ahora es parte de la
SEC, amplio edificio que respira sobria luminosidad, ubicado contra esquina de
la centenaria Catedral de Saltillo, en el centro histórico de la ciudad
capital. Junto con el poeta y músico Juan Martínez Tristán, han sido representantes
de buena cepa, de una cultura que se centra en el hacer mismo, picando piedra,
sin distraerse en colocar sus
aspiraciones más allá. La última vez que lo vi fue hace un par de años, durante
un homenaje que la propia facultad le ofreció en su auditorio. Un grupo de compañeros maestros y exalumnos,
ahora brillantes comunicadores, ejecutivos y poetas, exaltaron lo que fue su trayectoria,
tanto profesional como académica. Los celebrantes organizaron además una
representación de lo que habrá sido una de las clases que a lo largo de
tantos años impartió. El espíritu que privó en aquel recinto ocupado hasta el
último espacio fue de cariño y
agradecimiento. En palabras de Claudia
Luna, “vamos caminando hacia Ítaca”, cuando hacía referencia a la vastedad de
conocimientos del maestro y la forma como inflamó en sus alumnos el espíritu
para abrevar cada día más sobre cultura general.
Pido prestadas sus palabras a mi querido Imanol Caneyada para así, de este
modo condensar ese afán de los grandes maestros, que –sin duda—caracterizaba a
Don Javier: “Escribimos desde la humildad y el deseo de conocer al mundo desde
otras pieles”. Así fue el gran maestro
Villarreal, quien podía hablar casualmente, frente a una taza de café, de los
grandes viajes que tuvo oportunidad de emprender, conservando en todo momento, ante
sus ojos la imagen inmutable de su anhelada Ítaca, esa misma que, siguiendo
a Odiseo, él buscó cada día de su vida, y que hoy finalmente alcanza.
Maestro apreciado: La vida se
cumple para ti. Partes con pasos silentes y espíritu gozoso. Que las aguas del Mar Jónico
inunden tus pupilas y rebosen tu corazón, porque ahora sí, constante viajero del
tiempo y del espacio: ¡Has llegado a casa!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario