domingo, 25 de octubre de 2020

Poesía en prosa por Héctor Olveda

La carta 

Como en la última carta te lo dije
Voy a vender La Granja de Alebrijes, lo he pensado ya lo suficiente y esperar más tiempo sería a todas luces imprudente
¡Es cierto! no he visto interesada mucha gente y no tengo en concreto ninguna oferta, lo confieso. Y por si fuera poco los del rastro, se llevaran unos pobres de yeso con cartón, de los más feos. Que por que así lo dicta la nueva reglamentación, según dijeron ellos.
Tú mejor que nadie, sabes que
en un asunto como este, lo principal es devolver los alebrijes a su hábitat silvestre, sin ningún pretexto, y no entregarlos al matadero, donde los vuelven pasta para libros de texto.
Y mas aún cuando nosotros nos hemos comprometido a brindarles un ambiente cálido, armonioso y por que no decirlo, feliz.
¿ crees que puedan ayudarme los de Greenpeace ? Porque la situación aquí se torna desesperada, tengo que decirte que la clasificación de especies estuvo desde el principio errada
Lo que originó junto con la última desparasitación, una situación complicada y caótica. A parte los de sangre estrambótica no están respondiendo bien al alimento, ni a la medicina homeópata.
Me duele decirlo, pero de seguir así, el gobierno querrá sacrificar al menos dos semanalmente.
Te aclaro que los tuyos, los de madera, tienen trato preferente
No te preocupes, si ellos volvieran a venir, que se lleven los que trajimos de la frontera o el que nunca te gustó por indecente.
Por cierto, ya le dije a Don Chente
Que no tome mas pedidos, que los propietarios bandidos de las carpas y esos idiotas que solo los quieren de mascotas, sepan que primero he de ahogarme en facturas y en notas, antes que poner de nuevo en sus manos esas nobles criaturas.
Los animales ordinarios de las granjas cercanas los llaman quimeras y conjuros, pero ya los conoces, los ignoran, son tan maduros, la mayoría siguen bien, le están echando ganas, lo mismo que yo.
¿Cuando regresas? Aquí las noches son bastante frías y ya va para quince días que
cortaron la calefacción;  estuve pensando qué tal vez podrían quedarse todos dentro de la casa. Hazme saber tu opinión.
La semana pasada me dieron a entender que no ibas a volver, claro veladamente
Ya ves que bien comprenden ellos las intenciones de la gente, aunque ya les he dicho que esta vez se equivocan y que están siendo contigo unos ingratos, que no eres de esas mujeres de perros y gatos, que como todos los humanos tienes tus malos ratos, que por el momento sufres de ansiedad y es solamente tranquilidad , lo que por tu bien eliges, espero que este tiempo apartada de mi y de la granja de alebrijes, te haya hecho extrañarnos aunque sea un poco, así como recordar la felicidad que alguna vez nos brindó la aventura de este fallido pero hermoso proyecto.
Vuelve pronto,,,,, Héctor


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