domingo, 17 de enero de 2021

Reflexión respecto a medidas de prevención en la pandemia por Isaías Orozco Andrade


Por segunda ocasión visita este espacio Isaías Orozco, juarense, médico pediatra subespecialista en tuberculosis, escritor e inmejorable amigo.  En esta oportunidad con un mensaje de carácter urgente, a nombre de todos los colegas que enfrentan la pandemia en primera línea, en el frente de batalla.

Polarización en la Pandemia

Un evento que definitivamente marcará la historia de esta generación, es la pandemia de la Covid-19.

La humanidad se está viendo envuelta en diversidad de opiniones y sentimientos encontrados en relación a esta sindemia.

Por un lado, hay quienes dicen tener el derecho de cumplir o no las medidas de protección indicadas por las autoridades de salud en sus respectivos países, sin importarles, en muchos casos, poner en riesgo su vida y la de sus familias.

Por otro lado, hay quienes desesperadamente claman solidaridad a la comunidad. Personal de salud fatigado y diezmado con un considerable número de pérdidas humanas en este grupo de profesionales, que imploran sensibilidad y conciencia a una parte de la sociedad que subestima la importancia de esta catástrofe sanitaria y que desdeña el esfuerzo de este ejército de Ángeles que día a día ponen en riesgo su vida y que por decisión propia dejaron de convivir desde hace meses con sus familias, por amor a ellos y a la humanidad.

La globalización, a través primordialmente de viajes aéreos, fue y sigue siendo el principal factor que ha condicionado la diseminación del SARS-Cov-2.

A mayor tiempo de actividades fuera del seno del hogar, mayores posibilidades de contagiarse de este coronavirus.

La concentración de personas de diferentes lugares de residencia (nacionales e internacionales) en los centros turísticos, multiplica la posibilidad de contagiarse de esta polifacética enfermedad y llevarla sus lugares de origen, con la consecuente diseminación de este virus.

Me queda bien claro que el mundo entero ya está cansado, pero también estoy seguro que no al nivel de fatiga física y emocional de los trabajadores de la salud.

Estoy consciente de que la vida no se debe ni se puede detener abrupta y totalmente. El daño económico ya nos alcanzó a todos, pero, en definitiva, si podemos controlar y disminuir el número de casos y muertes de esta terrible enfermedad.

Todos conocemos la solución:

- Disminuir la movilidad global

- Mantener el distanciamiento social y usar permanentemente la mascarilla cuando la necesidad nos obligue a salir de casa

- Lavado frecuente de manos y de superficies y objetos de uso común en casa y lugares de trabajo

- Entre otras...

Por favor, seamos solidarios y responsables, y pongamos el granito de arena que a cada quien nos corresponde. 

RECUERDEN: 

“EL CORONAVIRUS NO TIENE VACACIONES”

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