domingo, 16 de julio de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Cuando se está sufriendo, uno tiene dos opciones, o decide buscar estrategias para sobrellevarlo, o bien se victimiza y exhibe el dolor por todas partes y se afana en buscar todo aquello que lo exacerbe, aún cuando se encuentre adormecido.

Definitivamente somos capaces de controlar el dolor, no de huir de él, pero sí de tolerarlo, y encontrar formas de atenuarlo. Nadie escapa a las pérdidas de seres queridos, pero sí puede dejar a un lado la autocompasión y la búsqueda de la compasión de otros, que finalmente solo nos hace sentir más miserables.

Cada uno lleva su dolor a cuestas de distinta manera, y el "algímetro" no se ha inventado para saber si a alguien le duele más o si tiene un umbral más o menos alto para soportarlo.

Nadie puede juzgar por la apariencia. Lo importante es no caer en un teatro dramático, esto no es drama, es vivencia humana que desde siempre supimos iba a llegar, más tarde que temprano y casi siempre sintiendo injusta e inoportuna.

Solo el paso del tiempo nos va permitiendo soportar el dolor y caminar con él sin que impida el paso, seguro no será el último que habremos que soportar, pero la naturaleza humana generalmente es fuerte y resiste los embates de este encuentro ineludible con la muerte. Mientras tanto, vivamos de aquello que nos dejan esas valiosas personas cuyo tránsito por este mundo dejó profunda huella, trascendencia espiritual que acompaña y que resulta el mejor analgésico para el alma.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario