domingo, 16 de julio de 2023

REFLEXIÓN de Germán de la Cruz Carrizales




LOS HIJOS NO SE VAN, LA VIDA SE LOS LLEVA
“Los hijos se van; hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad.
No es que se van; es que la vida se los lleva. Ya no eres su centro
Ya no eres la autoridad
No diriges, aceptas
No mandas, acompañas
No proyectas, respetas
Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas
Ya les crecieron alas y quieren volar
Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro
Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir
Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, a la sombra del amor y al rendimiento de sus facultades.
Tienen un camino y quieren explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren abrirlas
Tú quedas adentro
En el cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón
Tú quedas atrás
En la estela luminosa que deja el barco al partir
En el beso que le mandas
En el pañuelo que los despide
En la bendición que los sigue
¡En la lágrima que los acompaña!
Tú quedas siempre en su interior, aunque cambies de lugar.
Haz la vida de tus hijos tan feliz, que cuando partan, piensen en regresar, aunque solo sea para tomar tu mano y estar sólo un instante junto a ti”
Publicación original en "El Siglo de Torreón"
Gracias a mi querida Aurora por tan acertada sugerencia.

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