De niña viví por un tiempo en el estado de Chihuahua, por lo que estas imágenes me traen evocaciones muy hermosas de aquellos años. Particularmente la sierra en donde mi señor padre tuvo a cargo tirar la vía de ferrocarril del tren Chihuahua-Pacífico; era el invierno de 1962, justo cuando vi por primera vez una nevada en forma. Recuerdo los paseos dominicales a Ciudad Cuauhtémoc a comprar queso menonita, y las vueltas a la presa de la Boquilla en donde descubrí que la pesca y yo no éramos compatibles, pues terminaba llorando la suerte de los pececitos heridos por el anzuelo....Por cierto, tuve la fortuna de atestiguar las primeras excavaciones de la zona arqueológica de Paquimé, próxima a Nvo. Casas Grandes. Viví además en Camargo, en una casona que nadie se animaba a rentar "porque ahí espantaban", y que hoy es la casa parroquial de la Iglesia de Santa Rosalía, frente al parque del mismo nombre...
¡Infancia! ¡Mágico espacio donde el corazón se reabastece de ilusiones!
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