domingo, 27 de marzo de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramirez


Desde niña aprendí a no juzgar a las personas por sus creencias religiosas,

Elegí ser católica, no se me impuso, y tuve a bien reconocer desde mis primeros años de vida, que en el seno familia se reciben los valores que servirán de guía, la brújula que guiará nuestro camino y nos impedirá caer si acaso tambaleamos, cuando seamos víctimas de las tentaciones que a lo largo de nuestra vida se nos presentan.

La moral, la ética, una filosofía de vida humanista, con la palabra y el ejemplo fue lo que yo recibí en casa.

Habiendo diversidad de creencias dentro de mi hogar, aprendí que la convivencia entre personas con diferentes credos,o que no profesan ninguno, puede darse con respeto y manteniendo los valores universales que no son propiedad privada de ninguna religión, y encontré en el humanismo que mi padre pregonaba y practicaba con total congruencia, el ingrediente esencial de una vida con propósito de alcanzar nobles objetivos.

Creo en Dios,y creo que aquí en la tierra como ante sus ojos, todos somos iguales, y ninguna religión nos hace mejores por arte de magia.

En el hogar, bajo la palabra y ejemplo de los padres,cuando existe coherencia y congruencia en la educación que se transmite, a mi entender, es donde está la clave para dirigir la vida de las nuevas generaciones, en el marco de la moralidad, del respeto, de la honestidad, de los valores. Gente de buena fe , cualquiera que sea su sostén, donde el amor a prójimo sea el común denominador.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario