domingo, 14 de agosto de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Ya no sé si debo criticarlo, asimilarlo, aceptarlo, o definitivamente hacer como que no me doy cuenta. Cada vez me cuesta más escuchar pláticas de jóvenes. adolescentes y hasta niños, donde la palabra güey se usa más que cualquiera.

Como muletilla, como pronombre, sustantivo, adjetivo, la palabra se ha apoderado de nuestro lenguaje cotidiano y ya no hay límite en su uso, ni de sexo, porque hasta parece que las mujeres ostentadoras de su igualdad al usarla, ni de grupos sociales, suena tan "cool" que la "gente bien" la usa como símbolo de identidad.

Ya no importa si hay personas como uno --mayorcita digamos- presentes, la palabra güey viene a colación por todo y para todo. A veces ya ni siquiera logro captar el sentido de la plática de lo incómoda que me resulta escuchar repetidamente la palabrita sin ton ni son.

Nuestro lenguaje se ha ido reduciendo, y ya nadie suena interesante,"cool", divertido, a la moda, contundente. si no emplean ésta y otras más que la verdad ensucian la gramática, no se trata de un lenguaje coloquial, sino de una forma de hablar que viene a deformar un idioma tan amplio y hermoso como es el español.

Nadie convence, ni divierte si no utiliza por lo menos el vocablo una vez cada 20 palabras. Su significado lo mismo puede ser: tonto o estúpido,o amigo o compañero.

Seguramente la segunda es la connotación que más se le intenta dar, sin embargo, en mi humilde opinión, no nos hace ningún favor esta moda en el lenguaje cotidiano, nos va impidiendo encontrar palabras que definan nuestro sentir, nos limita , y solo muestra la incapacidad que tenemos de sostener una conversación de más de 100 palabras en donde no tengamos que hacer uso de ella,.Ignorancia, flojera, esnobismo, moda, sea lo que sea, el güey  llegó para quedarse, y como tanta otras cosas, insisto, a mi manera de ver. es símbolo de retroceso y no de modernidad,

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