En un gusto publicar por primera vez un texto de Marcela Pámanes, comunicadora lagunera, quien trabaja en radio desde hace 25 años con un programa de corte político llamado Contextos; la revista femenina radiofónica A media mañana, y el programa de semblanzas Entre Laguneros. Coordina el departamento de noticieros de GREM y colabora en la parte creativa de una productora de televisión. Tiene su columna en Siglo Nuevo, publicación semanal del periódico El Siglo de Torreón.
La encuentran en Twitter como @mpamanes
¡Bienvenida, Marcela!
DE MENSAJES EN MUROS
La encuentran en Twitter como @mpamanes
¡Bienvenida, Marcela!
DE MENSAJES EN MUROS
*Además ojalá y que la estupidez fuera una
enfermedad para que se quitara,
pero no lo es, muchas veces es una decisión
que parte de no trabajar nuestra
persona, de no leer, de no aprender.
persona, de no leer, de no aprender.
Muchos de nosotros nos quejamos por toda la “basura” que se
deposita en las redes sociales, por todo el tiempo que suponemos perdido cuando
revisamos los muros de nuestras cuentas. Los contenidos guardan una estrecha
relación con la edad, cultura, intereses y manera de entender la vida. De ahí
las diferencias abismales en lo que cada uno de nosotros postea o comparte.
Cada red social
tiene un sentido y un fin, Facebook, Instagram y WhatsApp reúnen, entre las
tres, millones de usuarios a lo largo y ancho del mundo. Dejemos de lado la
interpretación que hacemos del sentido aspiracional con el que se suben
imágenes que han sido ‘photosopeadas’ o los mensajes indirectos que suponemos
son captados por algunos de los contactos; propongo revisar mejor algunas de
las publicaciones que hacen pensar, que hacen que repasemos, reenviamos,
copiemos y las coloquemos como avatar en nuestras identifi caciones.
Elijo para este
ejercicio los últimos posts que he compartido en mis muros y en los grupos de Whatsapp.
1. “La soberbia
es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se
encuentran de golpe con una miserable cuota de poder” (José de San Martin).
¡Cuánta razón!, y más ahora que el “mal humor” nos ha tomado; a esta frase le
ponemos cara, nombre, colores de partidos, porque cuando pensamos en soberbia
lo asociamos a los políticos, de quienes decimos que se suben a un ladrillo y
se marean, aunque igual sucede con los presidentes de cámaras y organismos
empresariales, de donde, por cierto, emerge un fl anco importante de neopolí-
ticos, o ‘political climbers’, como les dicen algunos. En honor a la verdad,
cualquier ser humano, en cualquier lugar del mundo, se vuelve susceptible a
esto que han defi nido como el deseo irrefrenable de ser y sentirse superior a
los demás, preferido por los demás. No sólo los políticos y empresarios caen en
esa trampa, también los futbolistas, nuevos ricos, artistas de todas las
dimensiones, comentaristas, cronistas, periodistas, ayudadores, activistas y demás.
2. “Para ser
viejo y sabio primero hay que ser joven y estúpido”. Este post me hizo sonreír
primero, luego lo pensé mejor. No necesariamente llegar a viejo es sinónimo de
sabiduría, hay otra frase popular que afi rma que algunos entre más viejo más…
La verdad es que la vida nos da oportunidad de aprender y acumular experiencias
que nos den un margen mayor de acierto, una anticipación de las consecuencias
de nuestros actos, aunque entiendo que no siempre es así; muchas veces el
adormecimiento de la razón por motivos emocionales no nos permite ver con
claridad el camino y en lugar de tomar decisiones sabias tomamos, sin importar
la edad, los caminos más escabrosos. Además, ojalá y que la estupidez fuera una
enfermedad para que se quitara, pero no lo es, muchas veces es una decisión que
parte de no trabajar nuestra persona, de no leer, de no aprender, de no amarnos
a nosotros mismos.
3. “No hables,
sólo actúa. No digas, sólo demuestra. No prometas, sólo hazlo”. Resueno con
esta propuesta porque una de mis frases preferidas es: “Hechos son amores y no
buenas razones”. No me digas que no estás cansado de las promesas de tu pareja
que se quedan en buenos deseos casi siempre, o qué me dices de las promesas de
los políticos, o llamémosles ofrecimientos de mejor calidad de vida para todos
que nunca llegan. Menos palabras y más acciones sería la conclusión.
4. “La causa
primaria de la infelicidad nunca es la situación sino tus pensamientos sobre
ella”. ¡Cuánta verdad! Es todas las vueltas que le damos a las cosas, es todos
los supuestos que hacemos, es todo lo que imaginamos, bien dicen que sufrimos
no por lo que nos pasa, sino por lo que sucede en nuestra mente. Prestemos
atención a lo que vale la pena, pensemos que siempre habrá una frase, un video,
un texto, que nos haga pensar, sentir, actuar, transformar, porque estoy
convencida, que estos son los verbos que hacen la vida.
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