domingo, 14 de agosto de 2016

NUESTRO MUNDO por Marcela Pámanes

En un gusto publicar por primera vez un texto de Marcela Pámanes, comunicadora lagunera, quien trabaja en radio desde hace 25 años con un programa de corte político llamado Contextos; la revista femenina radiofónica A media mañana, y el programa de semblanzas  Entre Laguneros.  Coordina el departamento de noticieros de GREM  y colabora en la parte creativa de una productora de televisión.  Tiene su columna en Siglo Nuevo, publicación semanal del periódico El Siglo de Torreón.
La encuentran en Twitter como @mpamanes
¡Bienvenida, Marcela!


DE MENSAJES EN MUROS
*Además ojalá y que la estupidez fuera una enfermedad para que se quitara,
pero no lo es, muchas veces es una decisión que parte de no trabajar nuestra 
persona, de no leer, de no aprender.
Muchos de nosotros nos quejamos por toda la “basura” que se deposita en las redes sociales, por todo el tiempo que suponemos perdido cuando revisamos los muros de nuestras cuentas. Los contenidos guardan una estrecha relación con la edad, cultura, intereses y manera de entender la vida. De ahí las diferencias abismales en lo que cada uno de nosotros postea o comparte.
   Cada red social tiene un sentido y un fin, Facebook, Instagram y WhatsApp reúnen, entre las tres, millones de usuarios a lo largo y ancho del mundo. Dejemos de lado la interpretación que hacemos del sentido aspiracional con el que se suben imágenes que han sido ‘photosopeadas’ o los mensajes indirectos que suponemos son captados por algunos de los contactos; propongo revisar mejor algunas de las publicaciones que hacen pensar, que hacen que repasemos, reenviamos, copiemos y las coloquemos como avatar en nuestras identifi caciones.
   Elijo para este ejercicio los últimos posts que he compartido en mis muros y en los grupos de Whatsapp.
1. “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder” (José de San Martin). ¡Cuánta razón!, y más ahora que el “mal humor” nos ha tomado; a esta frase le ponemos cara, nombre, colores de partidos, porque cuando pensamos en soberbia lo asociamos a los políticos, de quienes decimos que se suben a un ladrillo y se marean, aunque igual sucede con los presidentes de cámaras y organismos empresariales, de donde, por cierto, emerge un fl anco importante de neopolí- ticos, o ‘political climbers’, como les dicen algunos. En honor a la verdad, cualquier ser humano, en cualquier lugar del mundo, se vuelve susceptible a esto que han defi nido como el deseo irrefrenable de ser y sentirse superior a los demás, preferido por los demás. No sólo los políticos y empresarios caen en esa trampa, también los futbolistas, nuevos ricos, artistas de todas las dimensiones, comentaristas, cronistas, periodistas, ayudadores, activistas y demás.
2. “Para ser viejo y sabio primero hay que ser joven y estúpido”. Este post me hizo sonreír primero, luego lo pensé mejor. No necesariamente llegar a viejo es sinónimo de sabiduría, hay otra frase popular que afi rma que algunos entre más viejo más… La verdad es que la vida nos da oportunidad de aprender y acumular experiencias que nos den un margen mayor de acierto, una anticipación de las consecuencias de nuestros actos, aunque entiendo que no siempre es así; muchas veces el adormecimiento de la razón por motivos emocionales no nos permite ver con claridad el camino y en lugar de tomar decisiones sabias tomamos, sin importar la edad, los caminos más escabrosos. Además, ojalá y que la estupidez fuera una enfermedad para que se quitara, pero no lo es, muchas veces es una decisión que parte de no trabajar nuestra persona, de no leer, de no aprender, de no amarnos a nosotros mismos.
3. “No hables, sólo actúa. No digas, sólo demuestra. No prometas, sólo hazlo”. Resueno con esta propuesta porque una de mis frases preferidas es: “Hechos son amores y no buenas razones”. No me digas que no estás cansado de las promesas de tu pareja que se quedan en buenos deseos casi siempre, o qué me dices de las promesas de los políticos, o llamémosles ofrecimientos de mejor calidad de vida para todos que nunca llegan. Menos palabras y más acciones sería la conclusión.
4. “La causa primaria de la infelicidad nunca es la situación sino tus pensamientos sobre ella”. ¡Cuánta verdad! Es todas las vueltas que le damos a las cosas, es todos los supuestos que hacemos, es todo lo que imaginamos, bien dicen que sufrimos no por lo que nos pasa, sino por lo que sucede en nuestra mente. Prestemos atención a lo que vale la pena, pensemos que siempre habrá una frase, un video, un texto, que nos haga pensar, sentir, actuar, transformar, porque estoy convencida, que estos son los verbos que hacen la vida.  

Publicación original: Siglo Nuevo.  Publicado en el blog con permiso de su autora.

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