domingo, 8 de abril de 2018

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

GRACIAS, MISTER TRUMP
Me irritan las campañas electorales. En buena parte por la inconsistencia de las promesas frente a la contundencia de los hechos, o lo que el candidato ha hecho frente a lo que dice que ha hecho, o bien, las promesas que hace ahora y no cumple después. Me exaspera el exceso de publicidad y el despilfarro que ello representa, cuando nuestro país tiene necesidades de primer orden que no han sido atendidas. Desde el punto de vista mercadotécnico, muchos de los anuncios presentan fallas, en televisión me ha tocado la misma cantaleta hasta tres veces durante un mismo corte programático; no entiendo con qué finalidad. Y para rematar, concluidas las campañas queda mucha basura, que incrementa los alarmantes niveles de contaminación de nuestros ecosistemas.
     El ideal serían unas elecciones limpias, transparentes, ordenadas, en las que cada candidato pudiera presentar su plan de trabajo, de modo de poder elegir el que a nuestro juicio personal fuera el mejor. Candidatos con un perfil apropiado para el puesto, que garantice que van a trabajar por el mejor interés de la nación. Lo que se ha puesto de moda en los últimos años, hacer candidatos a deportistas profesionales o actores de televisión, no ayuda en la resolución de los problemas reales de nuestro país. O tal vez sea esa la intención, partidismo puro, que en un exceso de candidez no alcanzo a asimilar.
     Luego de todo lo anterior que, dicho sea de paso, me ha servido de catarsis, va lo que hoy quiero abordar. En el curso de la semana que termina, Donald Trump hace un anuncio oficial, mientras el Congreso no apruebe el presupuesto para el muro, va a militarizar toda la frontera con México. Al parecer lo abrupto de su determinación estuvo influenciado por el avance de la caravana de centroamericanos denominada “Vía Crucis Migrante”, en su quinta edición. Nosotros como mexicanos damos a la migración una lectura muy distinta a la que él hace, consideramos que quienes cruzan ilegalmente van para trabajar, y trabajan duro y en condiciones laborales difíciles. No son para nada las hordas del crimen organizado que invaden con propósitos delictivos. Dos realidades son ineludibles, hay tráfico de estupefacientes de aquí para allá, y hay tráfico de armas de allá para acá, aunque claro, los responsables de estos ilícitos no tienen nada que ver con los grupos de familias migrantes que van persiguiendo el sueño americano.
     Esta vez Enrique Peña Nieto manifestó la postura de México en un comunicado oficial claro y firme. Cuando lo escuché sentí orgullo por el posicionamiento de nuestra nación a través de las palabras del presidente, algo que –debo ser franca-- hace mucho tiempo no sentía. Los candidatos hicieron lo mismo, reconocer que las luchas intestinas por la presidencia son una cosa, y el interés nacional otra muy distinta. Y que ese interés nacional es común para todos, nos une en una misma fuerza y nos identifica. Puedo decir que me hizo recordar la primera vez que fui a votar para presidente, corría 1976 y acudí con mis papás a hacerlo. Al depositar mi boleta en la urna, viví una emoción muy particular. Sentí que mi voto era decisivo para llevar a México por el mejor camino. 
     La octava ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio ha avanzado más lento de lo previsto, y se espera que sea para la próxima semana en Perú, durante la Cumbre de las Américas, cuando terminen de definirse las posturas de esta ronda. Fase que amén de sus complejidades intrínsecas, ha contado además con la presión de Donald Trump respecto a cancelar el Tratado si no se aprueba el muro fronterizo. Ahora México ha sido claro y firme en su posicionamiento, habló el presidente y todos lo respaldamos.
     Sentirnos parte de una nación que respira un solo aliento es muy gratificante. Saber que a pesar de las diferencias de pensamiento, de educación, religiosas o de cualquier otro tipo, existe un interés común que nos hermana a todos, despierta las ganas de luchar, de poner ese esfuerzo extra, con la convicción de que hará la diferencia. Vernos de repente rodeados de candidatos distintos en su ideología pero respetuosos en su actuación, nos permite despejar nuestro pensamiento para llevar a cabo una buena elección. Coincidió que en estos días termino la obra de Alex Grijelmo intitulada “La seducción de las palabras”, que me explica en gran medida el comportamiento que vienen presentando las preferencias electorales. En la turbidez lodosa que han generado las campañas, y que no permiten conocer a fondo las propuestas de los candidatos, se perfilan a ganar las que se dirigen, no a la razón sino al corazón.
     Gracias Mister Trump, todo lo acontecido ayuda a mantenernos unidos en una sola voluntad a favor de nuestro amado México.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario