domingo, 13 de mayo de 2018

Poesía de Araceli Mancilla Zayas


Nupcias

Como una cebolla de cáscara agrietada,
lastimada por el polvo y la intemperie
morada o blanca
–visualícela al gusto–
anónima cebolla
entre el montón apilado de cualquier
mercado o estanquillo,
en las tosquedades de su superficie.
Algo vino
a pelar su rudeza,
a eliminar sus sucesivas pieles
maltratadas. No fue de golpe, tomó
tiempo. Un pasar de días y de años
mientras poco a poco adelgazaba
la pasiva cebolla de su alma: de pronto
tuvo luz como un diamante.
De pronto aparecieron las palabras. De pronto
pudo oírla pues era un velo finísimo de novia
que abría su voz traslúcida de agua.

Agradezco a Carlos esta excelente sugerencia.

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