domingo, 4 de agosto de 2019

POESÍA de Marco Antonio Campos


Desde siempre

A Héctor Moreno

Fue poco después de mi tristeza
cuando me colgué en una rama de este árbol.
Pero la verdad es que la vida
me fue dejando un esqueleto,
me fue dejando poco a poco
detrás de la ternura,
detrás del pan y el vino
y después ya parecía el hijo
más triste de mi hermano.
Pero también –eso lo saben–
me faltó lumbre en las palabras,
el puño por los actos
y un desierto de menos en la boca.
Ya pronto    pronto nadie sabrá
que desde el labio inferior se cae mi angustia,
ni sabrán del abismo e infierno de mis sueños,
ni la mentira que tuerce mis palabras
(el poeta es un poco trapacero).
Pero la verdad es que esto es viejo.
Al rato de hablar solo
la sombra es el mejor amigo.
Entonces uno comprende con sus siglos
que ya no puede más con la garganta,
que la vida es más grande que el abrigo,
que la voz se cae como la lepra.
Es por eso, muchacha,
que ya no te acuerdes del otoño,
de las palabras muriéndose en tu traje,
es por eso,
que desde siempre me levanto
un poco cansado de mis ojos,
repito tu nombre como si fuera lo último,
tus ojos como si fueran lo último.
Es por eso.  

(1970)


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