POEMA de María del Carmen Maqueo Garza

Los amantes reinventan su amor 

          en cada encuentro.
Son estrellas fugaces que coinciden
          por un mágico instante.
Maravilla de luces 

sobre el negro absoluto de la noche.
Ellos viven horas que no llevan cuenta, 

para el amor el tiempo
es un absurdo que se queda esperando
           a su dueño como perro fiel
desde el umbral de ese primer abrazo.
Al llegar la mañana los amantes se dicen adiós,
           cada uno sigue su camino
con la primavera prendida entre los pliegues
          de la ropa,
y la ilusión de un reencuentro venturoso:
          ave recién nacida

palpitando en el pecho.