domingo, 26 de enero de 2025

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


A veces nos falla el sistema inmunológico y las infecciones nos hacen su presa. Eso sucede igual en el ámbito emocional, y deslindar uno y otro es materialmente imposible. La interrelación de nuestros órganos, intestinos, corazón, cerebro, la participación que se sabe ahora reviste la microbiota intestinal sobre todo sobre nuestra gestión de emociones, requiere que tengamos saludables ambos terrenos inmunitarios porque el uno afecta al otro a favor o en contra.

Alguna vez pude constatar tal cual dicha interacción, cuando inmediatamente después de un fuerte stress emocional me apareció por primera vez un herpes oftálmico. Fue un tiempo largo de recuperación y por más que quisiera apartar ese episodio de la aparición de la enfermedad no había manera; mi inmunodefiiciencia emocional al no haber sido capaz de contrarrestar mis emociones negativas, me llevó a ello. Nunca había sido para mi tan patente esta asociación.

Creo más fácil saberme procurar salud física que la emocional. Definitivamente como médico me esfuerzo por evitar lo que me daña, lo que afecta mi bienestar físico, pero en lo emocional, a pesar de que se supone tantos años vividos me debieran dar la sabiduría para hacerlo, no lo logro en muchas ocasiones.

Sigo trabajando en el no fijar expectativas en lo que espero de los demás, en no estar evaluando si me quieren o no me quieren tanto como a otros. Estoy tan acostumbrada a ser tan querida que apenas siento que se me retira un afecto, o me siento en abandono en momentos que requiero apoyo, que me lastima tremendamente, haciéndome sentir desdichada y lo más triste es que solo yo doy cuenta de ello. 

Cuestionarme los porqués, sin encontrarlos, luchar contra mi resentimiento y evitar reproches, aceptar que está en mí y solo en mí la interpretación de los hechos y que finalmente el sobrellevarlos y asumir mi responsabilidad en cómo los percibo, me tendrá que llevar a ubicarme en el justo sitio en que debo estar y no a merced del lugar que me quiera dar alguien más que yo misma.

Amor propio, trato amable conmigo mismo, aceptación de mí hacia mí, no pretensión de buscar agradar, recibir lo que se me quiera dar, no reclamar, (en este ámbito tengo mucho que trabajar) y aprender a no depender o a arriesgar mi inmunidad emocional por situaciones que van a seguir sucediendo y que no me deben debilitar.

La vida me ha preparado para grandes retos, puedo estar agradecida porque he sido blindada con amor y solidaridad que me han permitido salir avante.

A preservar mis defensas, a no permitir que antígenos menores me debiliten, a reconocer cuando haya que lidiar una batalla y a desdeñar aquello que la mente nos deforma y magnifica causando un desgaste emocional inútil.

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