Ciclo
México vive la fantasía de que todo su territorio es Cuernavaca.
O sea, tierra de eterna primavera, sin tiempos extremosos o calamidades naturales.
Por eso los mexicanos levantan viviendas en medio de los cauces de los ríos.
Tapan las cañadas, se cuelgan de cerros y montañas precariamente.
Cuando tiembla, cuando llegan las aguas, todo se viene abajo.
Gastamos en rescates y en reposiciones lo que debíamos invertir en prevenir.
Pronto nos olvidamos del daño en vidas y en patrimonios.
Volvemos a edificar en donde mismo, con los mismos riesgos. Y vuelve el ciclo.
jvillega@rocketmail.com
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