domingo, 21 de junio de 2015

FRAGMENTO XVII DE SABINES

Me acostumbré a guardarte, a llevarte lo mismo
que lleva uno su brazo, su cuerpo, su cabeza.
No eras distinto a mí, ni eras lo mismo.
Eras, cuando estoy triste, mi tristeza.

Eras, cuando caía, eras mi abismo,
cuando me levantaba, mi fortaleza.
Eras brisa y sudor y cataclismo,
y eras el pan caliente sobre la mesa.

Amputado de ti, a medias hecho
hombre o sombra de ti, sólo tu hijo,
desmantelada el alma, abierto el pecho,

Ofrezco a tu dolor un crucifijo:
te doy un palo, una piedra, un helecho,
mis hijos y mis días, y me aflijo.

Lee todo en: Algo sobre la muerte del mayor Sabines - Poemas de Jaime Sabines http://www.poemas-del-alma.com/jaime-sabines-algo-sobre-la-muerte-del-mayor-sabines.htm#ixzz3df1eOlxs

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