AVISO OFICIAL
Ayer avisaron
con gesto severo:
"Oficialmente
los pobres no existen",
a partir de
ahora son una mentira
los cinturones
de miseria,
los niños
panzones, el hambre
y
los mendigos.
Oficialmente no
hay muertes
debidas al
narcotráfico
aunque el hedor
de los cuerpos descompuestos
se filtre por
las ventanas de los carros de lujo
con asientos de
piel
del alto funcionario
después de su
discurso.
Oficialmente no
hay hambre
dicen
complacidos los políticos
mientras hacen
circular las viandas
variadas y
apetitosas
en los
desayunos de trabajo.
Ellos no tienen
que comerse sus palabras,
en tanto los
pobres
que no tienen
permiso para sentir hambre
comen polvo de
manera cotidiana
en tanto aprenden a no comer,
hasta que suceda
lo que al caballo del español
--según contaba mi padre--,
que justo el
día cuando aprendió
a no comer, murió.
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