CANTO DEL ALBA
Despunta la mañana
El oscuro silencio de la noche
Se desgaja en haces
El metal del santuario aún reposa
Cantan los gallos clandestinos
su encierro urbano
Algún perro madrugador reclama
Que interrumpan su modorra tempranera
Los motores duermen
--es su día de holganza--
Yo vengo al encuentro de mí misma
A la ribera puntual de mi teclado
Donde ya comienzan las palabras
Su danza de memorias
Su ofrenda diaria de emociones
Su boceto de trazos verbales
Propuestas a atrapar un fragmento de vida
--que así se vuelve inmarcesible--
en la galaxia infinita de los tiempos.
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