domingo, 13 de octubre de 2013

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Siempre anhelé ser la madre que mis hijos necesitaban, aun cuando siéndolo no fuera la madre que ellos desearan.
No importaban los reclamos que me hicieran, las muecas de desagrado, los portazos, los días de silencios interminables que mi actitud provocara. No iba por el premio a la madre ideal que ellos pretendían, no iba por su aplauso ni su reconocimiento.
Hacer lo correcto, o lo que pretendemos es lo correcto como padres, no se premia con ovaciones , con trofeos, ni tampoco lleva este fin. Educar a un hijo implica sentirse injusto, nefasto, insoportable a veces ante nuestros adorados jóvenes y niños, sin tomarlo con carácter personal, entender que son seres humanos en tránsito con un criterio distinto, con una forma de ver el mundo no errónea pero si muy diferente.
No esperemos que nos entiendan del todo, no tengamos lástima ni de ellos ni de nosotros mismos por marcar los límites,por señalar lo que pensamos es justo.
Quien se aventura a ser padre bien claro debe tener que ha elegido uno de los deportes extremos que implican mas destrezas y valores que desarrollar en si mismo y en sus hijos.
Tolerar los reclamos de nuestros hijos va implícito en una buena educación y bien habrá valido la pena , cuando vemos que a pesar de ellos hemos logrado hacerlos seres felices, independientes, responsables, en la medida de nuestras posibilidades, buenos hijos.
Que no nos reclame la vida ni nuestra propia conciencia, demos a nuestros hijos la mejor forma de ser libres con la gran responsabilidad que ello implica.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario