Noche blanca
Noche blanca de ofrendas.
Llegan los difuntos queridos al encuentro con los que aquí estamos. No campea, como otros años, el zempasúchil fulgurante y vanidoso, frente al morado de la mano de león en los altares.
Hoy es blanca la ofrenda. Blanco el ánimo. Blanca la ocasión del encuentro. Es un color
de paz Una paz urgente y necesaria. La bandera de alba que se erige en son de
tregua.
Muchos nuestros muertos.
Mucho el dolor de quienes lloran –lloramos--. Honda la desesperanza.
Hoy no se ríe la muerte jocosa mostrando los dientes, ni se viste
Catrina ni se le escriben versos.
No impregna el ambiente el olor a champurrado ni el anafre despide sus esencias preciosas.
Todo se ha vestido en blanco y negro, al menos por este año,
mientras pasa la pena y viene la calma de los tiempos
felices.
Esos que nunca supimos tener sino hasta ahora, que los
hemos perdido.
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