COINCIDIR
Siempre es bueno que
aparezcan elementos que nos hagan
recordar que nuestra existencia está sujeta al tiempo, y que las oportunidades
que ahora dejamos pasar, nunca volverán a presentarse de igual manera. En ocasiones es la muerte de un ser querido o
una enfermedad que hace acto de
presencia en nuestra vida, o tal vez ese instante cuando comprendemos que hemos
dejado pasar de un modo lamentable la oportunidad de llevar a cabo un proyecto largamente acariciado. El riguroso paso del tiempo ayuda a
ubicarnos en el contexto cósmico; su avance es hasta ahora lo único que el ser
humano no ha logrado someter. Y así como en estas vivencias dolorosas
asimilamos nuestra finitud, de igual manera surgen a lo largo del camino
momentos maravillosos cuando nos congratulamos por vivir una experiencia
enriquecedora a partir de la cual nos sentimos bendecidos.Asistir a un congreso nacional de tu especialidad ofrece la posibilidad de enterarte de las novedades en el quehacer profesional, y conocer de primera mano a grandes personajes que han escrito parte de la historia del mundo. Además de la actualización en cuanto a conocimientos, se viven momentos de feliz reencuentro con amigos de las distintas etapas de la propia formación profesional, y se aprovecha la ocasión para saber cómo se hallan aquellos que esta vez no asistieron.
Con el entusiasmo que estas convivencias entre
amigos proporcionan, vino a mi mente la hermosa canción de Fernando Delgadillo
intitulada “Coincidir” que en lo personal me resulta muy inspiradora. De manera
poética nos hace ver lo afortunados que
somos de coincidir en tiempo y geografía con extraordinarios seres humanos que
hacen de la propia vida algo hermoso.
Hallarte entre amigos entre los cuales sientes que puedes ser tú mismo
con libertad y confianza es una sensación que pocas veces se experimenta a
profundidad. Deponer los escudos tras
los cuales nuestros propios miedos nos llevan a parapetarnos, para expresarnos
como en realidad somos, sabiéndonos aceptados tal y como somos, provoca un
bienestar a todas luces sanador. Somos seres vivos con funciones que nos
mantienen activos sobre el planeta como al resto de las criaturas, pero a
diferencia de ellos, nosotros tenemos la maravillosa oportunidad de comprender
el sentido del tiempo, y a partir de ello trazarnos un proyecto de vida para
escribir nuestra propia historia personal,
para que el día cuando dejemos la existencia lo hagamos tranquilos,
dispuestos a proseguir nuestro andar espiritual en otra dimensión.
Aquí me permito
transcribir la letra de esta hermosa canción a partir de la cual me permitiré
hacer unas reflexiones finales acerca de este vivificante encuentro entre
hermanos.
“Soy
vecino de este mundo por un rato, y hoy coincide que también tú estás
aquí. Coincidencias tan extrañas de la
vida. Tantos siglos, tantos mundos,
tanto espacio, y coincidir.”
“Si
navego con la mente en los espacios, o si quiero a mis ancestros retornar. Agobiado me detengo y lo imagino. Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio,
y coincidir.”
“Si
en la noche me entretengo en las estrellas, y capturo la que empieza a
florecer. La sostengo entre las manos,
mas me alarma. Tantos siglos, tantos
mundos, tanto espacio y coincidir.”
“Si
la vida se sostiene por instantes, y un instante es el momento de existir. Si tu vida es otro instante, no comprendo,
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir.”
¿Por qué nacimos en
este tiempo y no en otro? ¿Por qué en esta exacta latitud? Los ateos dirán que
por casualidad o por carga genética; yo pienso que es como parte de un plan
divino que busca que cada uno de nosotros esté en condiciones de explotar al
máximo su potencial personal.
Andar el camino por
cuenta propia nos asegura que nuestros pasos nos lleven justo por el derrotero
que nos tracemos, sin embargo hacerlo de manera solitaria cansa el alma. Más vale ir andando en compañía de otros, y
aunque nuestro plan no se cumpla exactamente como lo teníamos previsto, la caminata
será más enriquecedora.
Es buen momento para
comenzar a contar a nuestros seres queridos como bendiciones que el cielo nos
regala. Ellos ayudan a conformar la casa
dentro de la cual podemos reposar para solaz en tiempos benévolos, o buscando
resguardo en la tormenta.
El tiempo con su
implacable paso nos recuerda que los sueños expiran si no los mantenemos firmes
como elevada cometa que el viento permite sostener en lo más alto.
Es más dulce el sabor
de un pedazo de pan compartido que el de la hogaza que, por no
compartir, tragamos con desesperación y casi nos ahoga.
Gracias, queridos amigos
del grupo Ciberpeds por coincidir conmigo en este tramo del camino. Sigamos adelante haciéndonos compañía como hermanos rumbo al gran puerto.
Carmen: qué gratificante es leerte y como bien lo dices las personas que encontramos y que por causa de alguna circunstancia (yo digo gracias a Dios) nos acompañan durante nuestra vida, nos enriquecen y la hacen más placentera. Así me ha sucedido desde que Dios te puso en mi camino y me permitiste agregarte al grupo de mis amigos. Muchas gracias por "coincidir".
ResponderBorrarTantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir
Mi querido amigo: Sin lugar a dudas la afortunada soy yo de tenerte como amigo. Un abrazo.
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