Villa
Unión:
Ahí
donde el tiempo deja atrás el reloj
bajo
un cielo límpido, de azul inacabable.
Pueblo
cercano a Dios donde sus niños ríen,
los
perros duermen sin ser molestados
Los
viejos bruñidos reposan sus recuerdos
Y
florecen los huertos en otoño.
Hoy
llega la ambición atronadora de las almas perdidas
a
romper la placidez bendita de sus casas.
Fulmina
para siempre la frágil transparencia
de
sus mañanas claras. Deshace el andar sosegado
de
su gente. Acalla el siseo de las aves,
rompe
el candor de las serenas aguas de su río
Hace
pedazos el cristal de las risas infantiles.
“Todo
cambió aquel 30 de noviembre”
Con
voz temblorosa contarán los viejos de alma tatuada.
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