domingo, 3 de mayo de 2020

POESÍA de Alejandro Aura


Un ruido

De repente ha entrado a la casa un ruido

y ha roto el minucioso y acompasado análisis del silencio

que tejía el insomnio con paciencia ejemplar.


Un inocente ruido. Pero uno cómo va a saber que es

[inocente.

Se ubica sólido en una peligrosa cercanía

que separa sólo una puerta que se vuelve su cómplice

y comienza a devorar el silencio hasta hacerse corpóreo.


Allí está el ruido ya ingente y no sabe uno

qué irá a pasar.


Me levanto y me acerco a la puerta.

No me atrevo a encender la luz.

Contengo el aliento para que el ruido no me escuche,

contengo el sudor para que no me sienta,

suspendo hasta donde es posible el golpeteo interno.


Los pocos ruidos lejanos nada pueden

contra el ruido de marras que me aterra.


Siento un escalofrío: el repentino canto del gallo

en otra dimensión estalla. O sea que hay otro mundo.

Tomo entonces valor, no sé de dónde, y abro la puerta.

Desaparece el pobre ruido que tenía en suspenso

el transcurrir oscuro de la noche.


Me regreso a la cama, abrazo a mi mujer


y comienzo de nuevo con mi trama.


Tomado de Material de Lectura de la UNAM

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