CONTRATEXTO POR LA
MUERTE DE BLAKE MORA (2011)
En mi país de vez en cuando hay muertos de primer mundo,
a los que se dispensan rancios protocolos y grandes condolencias. En su funeral se vierten lágrimas puras como
diamantes, y su memoria se inmortaliza en
mausoleos trabajados en bronce y mármol.
Del otro lado de la calle todos los días hay muertos que sólo existen en
el grito sin eco de sus madres, en su desgarrador desespero. Nadie más los reconoce, son muertos que no alcanzaron ni nombre ni fosa; su memoria
es polvo que convierte en lodo las lágrimas de aquellos que, en el olvido de no ser, hoy lloran su partida.
Descansen pues, unos en muerte gloriosa, otros en la santa paz asilenciada.
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