que danza entre las ramas de los árboles
haciendo música.
Ser una nube que se posa
sobre el pico más alto,
transformada en nieve que viene a convertirse
en blanca espuma sobre el rusiente oleaje.
Ir y estrellar sus risas de mar contra la arena
cuando el sol apenas asoma su penacho.
Ráfaga inquieta que recoge conchas
al amanecer y versos por la tarde.
Diestro pincel que dibuja sobre el blanco lienzo
del mundo, el mundo que imagina,
el de la gente sencilla, las plazas serenas
por la tarde,
los mercados de flores, el vendedor de globos,
la feria de pueblo,
la salida de misa cualquier mañana
de domingo.
Así fuiste, Melita, creadora de sueños.
Así te recuerdo, cual trato de inventar
mis propios mundos
Así fuiste, Melita, creadora de sueños.
Así te recuerdo, cual trato de inventar
mis propios mundos
--indigna alumna tuya--
hilvanando palabras
pobladas de memorias.
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