Disney
Ya barrieron el confeti, ya se disipó el humo de la pirotecnia.
¿Qué sensación nos dejaron las fiestas del Bicentenario?
Nos convocaron a ellas durante tres años; censuraron a los amargosos que no las querían.
Pero a la hora de la hora, hubo derecho de admisión y cupo limitado.
Hasta a teléfonos de Monterrey llamaron para pedir que nos quedáramos a verlas en casa.
Vimos las fiestas en la televisión y las hallamos muy familiares a nuestra memoria.
Un deja vu de Disneyworld y de apertura olímpica, y con 8 toneladas de cuetes.
Símbolo de la fiesta fue el Coloso, el gigante de mentiras, efímero y sin corazón.
jvillega@rocketmail.com
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