viernes, 28 de mayo de 2010

CONCIENCIA COLECTIVA

CONTRALUZ Mayo 30, 2010

María del Carmen Maqueo Garza

Acabo de descubrir el hilo negro, lo más sorprendente es que no lo andaba buscando, cuando se me plantó enfrente y el muy obcecado me hizo prometerle que hablaría de él. Yo escudriñaba textos tras el concepto "solidaridad", frente a la problemática que el crimen organizado ha inaugurado en nuestras sociedades; transitaba desde los romanos hasta la primera mitad del siglo veinte pasando por filósofos griegos; revolucionarios franceses e idealistas alemanes del siglo dieciocho, hasta los interesantísimos conceptos de Silvia Federici, marxista y feminista… ¡cuando se me atravesó el hilo negro con aquel descaro!

Revisaba precisamente el pensamiento de Émile Durkheim respecto al crimen y la actitud que toma una sociedad frente al mismo, que finalmente conduce a la solidaridad. Como requisito para que ésta exista, es menester la toma de una conciencia colectiva, que dicho sea de paso, fue el obcecado hilo negro que se me plantó enfrente.

En el curso de la semana fue hecho oficial el combate a la comida chatarra en las escuelas y sus alrededores. Las autoridades lo dictan, los legisladores lo aprueban, y se convierte en algo imperativo…. sin embargo en mi particular punto de vista se cae, como sucedió con el combate al crimen organizado, en una estrategia mal planeada, queriendo atacar el problema por las ramas. No he sabido a la fecha de una sola investigación científica realizada para fundamentar esta nueva ley, una que haya analizado a fondo el consumo de comida chatarra en la población infantil para identificar sus causas y ahora sí, estar en condiciones de resolverlo desde sus raíces.

En alguna columna previa he sugerido que este problema no es propiamente un mal hábito del niño y ya. Obedece a una serie de factores socioeconómicos, culturales, y hasta de orden emocional, de cuya interacción finalmente se genera un niño comedor de productos chatarra. Querer modificar un hábito desde las ramas va a dar pie a una serie de transgresiones de todo orden, la más simple que ya adelantaba Sarmiento en su columna hace tres días, va a verse el surgimiento de un mercado negro de comida chatarra en el que participen alumnos, y (acotación mía) padres de familia, o hasta el propio personal de las escuelas.

"Conciencia colectiva": Percepción que un grupo social tiene acerca del daño que determinada conducta genera, de manera que se trabaje en conjunto por erradicarla. Originalmente este concepto moral fue el que llevó a las primeras sociedades a la creación de normas y leyes; de jueces y castigos. Situación que hoy en día traemos totalmente distorsionada, pues la moral parece haberse vuelto bastante relativa, dúctil, acomodaticia y negociable.

Ahora bien, si no se ha llegado a las raíces del problema del consumo de comida chatarra en la población infantil, y se pretende atacar desde las ramas, va a suceder que la inversión de recursos sea muy desproporcionada con respecto a los resultados. Previo al arranque de esta campaña no se han generado las condiciones ideales para que la sociedad desarrolle una percepción del problema que asegure su participación activa. Esto es, el niño consume comida chatarra probablemente porque su madre (que en cuatro de cada diez hogares es padre y madre) sale de casa rumbo a la fábrica antes de las seis de la mañana, y regresa si bien le va a las seis de la tarde. Simplemente no tiene oportunidad de ofrecer a su hijo algo menos dañino que lo que él pueda comprar con los cinco o diez pesos que lleva para el recreo. Ni ella ha tenido ocasión de profundizar en el riesgo de salud que representa el consumo de este tipo de productos, primero por falta de educación académica; segundo por falta de tiempo, y tercero porque estos productos forman parte de su propia cultura alimentaria.

No perdamos de vista que vivimos en una sociedad mediática en la cual el imparable consumismo bombardea a un niño que generalmente se halla solo frente a la pantalla durante muchas horas al día, con la falacia de que en esta vida eres lo que tienes, y que tiene el que compra, y que si no tienes ya valiste. Es el mismo principio que rige en el adulto para el consumo de productos que rejuvenecen, aclaran, recogen, alargan, estiran, rebajan, desarrugan, potencian y demás… la lista es interminable.

Un hábito más grave que el de la comida chatarra aqueja a nuestro México: Es el de no leer. Y si no leemos, no nos informamos, y vamos a repetir viejas pautas que la historia ha descalificado por inoperantes. "El Estado no maneja la conciencia colectiva" dijo Durkheim hace cien años, pero parece que no estamos enterados, ha de ser porque "la tele" no lo ha dicho todavía.


2 comentarios:

  1. las familia mexicana sigue inmersa en el conformismo y no se levanta en una auténtica lucha contra lo que no está matando!!! alcohol, tabaco, drogas, crimen organizado etc.!!! es necesario hacer conciencia colectiva desde la raíz, y no irnos por las ramas!!!!

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  2. SI BIEN ES CIERTO QUE LA COMIDA CHATARRA ESTA DE MODA Y ES POR UN PROBLEMA CAUSADO POR LA PROPIA SOCIEDAD, TAMBIEN ES CIERTO QUE EN LAS FAMILIAS, SE OBLIGAN LLEVAR LA ECONOMIA TANTO EL PADRE COMO LA MADRE,L PUES UN UNICO INGRESO, COMO LO ES EL DEL PADRE DE FAMILIA, NO ALCANZA PARA SOSTENER UN HOGAR, Y ENTRANDO DE LLENO A LA "COMIDA CHATARRA", ESTA ES LA QUE SE COCINA A BASE EXCLUSIVAMENTE DE FRITURAS, EN LA CUAL EL FACTOR GRASA-DE ALTAS CALORIAS-ES EL QUE CAUSA LA MAYORIA DE LOS MALES, PUES HASTA UN BROCOLI, O SEA UN VEGETAL EMPANIZADO Y FRITO TIENE UNA ALTISIMA CANTIDAD DE CALORIAS, SIENDO ADEMAS, LAS GRASAS LAS QUE CAUSAN EL GRATO SABOR A LAS COMIDAS, PUES LE DAN SUAVIDAD. ASI PUES DEBERIAMOS DE ACOSTUMBRARNOS A COMER DESDE MUY NIÑOS, YA SEA AL VAPOR O SANCOCHADOS, YA SEA PRODUCTOS CARNICOS O VEGETALES.

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