domingo, 27 de enero de 2013





JUSTO SIERRA (1848-1912)

El pasado 26 de enero se celebró un año más del natalicio de este jurisconsulto, diplomático, historiador y escritor nacido en Campeche, quien pasó a la historia como “Maestro de América” por su labor educativa.

Fue uno de los directores de la Revista Nacional de Letras y Ciencias (1889-1890)
y colaboró en las principales publicaciones periódicas de su tiempo. Fundador de lo que con el tiempo serían la SEP y la UNAM.

De manera paralela a su carrera política fue un excelente literato.  A lo largo de su vida desarrolló todos los géneros, entre los que destacan el teatro, la prosa literaria y el periodismo.

Un ejemplo de su poesía:

Tres Cruces

I Leónidas

Murieron, su deber quedó cumplido;
Mas del paso del bárbaro monarca
Guardaron las Termópilas la marca
Clavando en una cruz al gran vencido.

Cadáver que bien pronto ha repartido
A jirones el viento en la comarca
Y en cuyo pecho roto por la Parca
El águila del Etna hace su nido.

La sangre de Leónidas que gotea
En la urna de bronce de la historia,
A todo pueblo en lucho por su idea

Ungirá con el crisma de la gloria,
Como a Esparta en el día de Platea
Al compás del peal de la victoria.

II Espartaco

De los buitres festín los gladiadores
Y harto de sangre el legionario, al frente
De las enseñas tórnase impaciente
A Roma, Craso, en pos de sus lictores.

De la matanza envuelto en los vapores
Yace Espartaco de la cruz pendiente;
Y es su can de combate solamente
Testigo de sus últimos dolores.

Sobre aquella pasión callada y tierna
Lenta cae la noche hora tras hora;
Cuando la sombra por el mar se interna

Y el lampo matinallas cimas dora,
La cruz se yergue oscura, pero eterna
En el vago apoteosis de la aurora.

III Jesús

En la cruz del helénico guerrero
La Patria , santo amor, nos ilumina;
La libertad albea matutina
Del tracio esclavo en el suplicio fiero.

Uno hay mayor del Gólgota el madero;
Porque en el ser de paz que allí se inclina
El alma en sus anhelos se adivina
Que está crucificado en el hombre entero.

De esas tres hostias de una gran creencia,
Sólo Jesús resucitó y alcanza
Culto en la cruz, señal de su existencia.

Es que nos ha dejado su enseñanza,
Un mundo de dolor en la conciencia
Y en el cielo una sombra de esperanza.

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