Sin promesas, sin expectativas, sin siquiera conciencia plena, iniciamos esta travesía. En algún momento coincidimos, vidas distantes, distintas, seguramente llevados por la atracción y por la necesidad de sentirnos amados.
Y fuimos viviendo cada día. No hubo un " para siempre" que nos resonara como advertencia de mantenernos unidos, fue algo más profundo y noble, esa energía que se encuentra a través de la mirada y que llega al alma, fue sin duda alguna AMOR.
Permanecer unidos ha sido necesidad de tenernos uno al otro, decisión que día a día se renueva, aprendiendo a valorar nuestros aciertos, siendo fortaleza para las debilidades del otro, perdonando y perdonándonos las faltas sin que perdón sea sinónimo de autorización para seguirlas cometiendo.
Construir amor, con responsabilidad de mantenerlo, con firmeza, con ternura, con la congruencia entre nuestros actos y palabras, hablar menos y ser más en el día a día.
La vida es el poema que cada quien escribe, es la canción triste o alegre que uno decide cantar. No es promesa de felicidad que se nos haga al nacer, es lienzo donde cada quien dejará plasmada su existencia, tendremos, no la vida que elijamos, pero si estará en nosotros elegir como vivirla, y vivirla en al amor es seguramente la mejor elección.
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