Una red social cuyo propósito es contribuir a enaltecer la calidad humana, la sensibilidad ciudadana y la autoestima. Un pequeño espacio que aliente, reconozca y difunda los valores de los diversos ciudadanos del mundo. Que nos impulse a cuidar del planeta, y a edificar la sociedad justa y buena a la que todos tenemos derecho.
domingo, 20 de noviembre de 2016
Dulce ilusión de la abuela: Video
¿Cuál es la mayor ilusión en el corazón de una abuela? Aquí lo descubrirán:
domingo, 13 de noviembre de 2016
CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza
DESPUÉS DE TRUMP
La soledad es patrimonio de la edad adulta. Mika Waltari
Ganó Trump, es un hecho que hemos de aprender a asimilar
todos, y como señala Jaime Leal en su escrito intitulado “Veo cosas
maravillosas” que circula en Internet, habrá que ponernos a trabajar por salir
adelante en este nuevo escenario. La
reflexión personal que me deja todo este asunto es la siguiente, como mexicanos
estamos acostumbrados a que otros midan nuestras potencialidades, logros y
limitaciones. ¿No será éste un momento coyuntural para tomar esa
responsabilidad nosotros mismos, fijar el rumbo propio y medir nuestros logros
como nación? De ello deriva una segunda reflexión, mientras cada uno de
nosotros transcurre por la vida: ¿Quién tasa nuestro valor personal? ¿Quién
determina qué somos y hacia dónde vamos, y mide los logros de nuestra propia
carrera?
Vivo un momento
personal que equivale a un cruce de caminos, ocasión de medir una vez más mi
propio rendimiento en un área de desarrollo y justo representa un punto en el
que reafirmo, como tantas otras veces, que en esta vida nacemos solos, morimos
solos, y en los momentos más importantes del trayecto estamos solos para tomar
nuestras propias decisiones. Quizá la
mayoría de la gente esté acostumbrada a vivir en comunidad, principalmente
familiar, de manera que las decisiones que cada uno toma están en buena medida
influenciadas por la opinión del grupo en el que se desarrollan. En mi caso no, suelo manejarme por cuenta
propia, y las decisiones –buenas o malas—que tome, son sólo mías, y así ha sido
siempre, al menos en mi caso.
Resulta dificultoso
separar los conceptos autoestima y
reconocimiento de los que corresponden a desempeño personal. Desde pequeños de alguna manera nos guiamos
por el parecer de los demás para ir avanzando y claro, eso es lo más
conveniente mientras el individuo desarrolla los suficientes y adecuados
recursos propios para hacerlo por su cuenta.
Es un misterio identificar el momento a partir del cual esa persona
comienza a tomar decisiones propias de manera responsable, independientemente
de lo que otros opinen o pretendan imponer.
Podría decirse que en ese punto crítico es donde radica el concepto de
“adultez”, y que a partir de este momento único un ser humano asume toda la
responsabilidad sobre sus propios actos y sabe dar la cara por las buenas y
malas decisiones que haya tomado.
Conocemos que buena
parte de las familias conservan una estructura muy tradicional, de manera que
los hijos adultos, incluso casados, siguen viviendo –física o emocionalmente-- dentro de la casa paterna, lo que, si
alguien me lo preguntara, no me parece
la mejor apuesta a la autonomía de nadie, ni de la familia de origen que
seguirá cargando de una u otra manera con responsabilidades que ya no le
corresponden, ni de los hijos adultos convivientes que de alguna manera no
acaban de sentir el peso del fardo que implica vivir, ver por sus propias
necesidades y gozar plenamente de los logros que vayan obteniendo por el
camino. Y ¡claro! la soledad pesa, y pesa mucho a ratos, pero finalmente es la
condición que nos prepara al mejor desarrollo de las potencialidades
individuales durante nuestra vida como adultos.
Entonces, como plantea
Jaime Leal en su excelente escrito, yo secundo la percepción de que el triunfo
de Trump en los Estados Unidos de Norteamérica pueda ser asumido por nosotros
como una oportunidad maravillosa para el
desarrollo como nación, y de pasada para el crecimiento personal como individuos. Asumir la soledad como una realidad que está
ahí, y que en la medida en que la asimilemos mejor podremos valernos de ella
para bien de nuestra propia creatividad.
Ahora mismo traigo a colación una situación vigente en estos tiempos de
tecnología de bolsillo, es algo que no por cotidiano deja de impresionarme cada
vez que me percato de ello. De cada diez
personas que vemos en cualquier sitio público, ¿cuántas de ellas están hablando
por celular? Yo, por razón de mi edad hago un comparativo con los tiempos
cuando no había celulares: ¿Acaso nos pasábamos el tiempo pegados al teléfono
fijo en casa? Tal vez quienes fuimos adolescentes en esa época “planchábamos
oreja” en el teléfono, pero no teníamos esa inminente necesidad de consultar o comunicar todo a través de
llamadas constantes. Mi personal
hipótesis es que le tenemos pánico a la soledad, de modo tal que no nos
permitimos probarla a ratos, calarnos a nosotros mismos, descubrir de qué forma
puede convertirse en un espacio mágico de desarrollo personal a partir del cual explotemos diversas facetas
de nuestra creatividad.
Trump ganó las
elecciones del vecino país: ¿No será tiempo de dar vuelta a la hoja y comenzar
a vernos en el espejo de nosotros mismos?...
HOJAS SUELTAS por María del Carmen Maqueo Garza
SER Y PROYECTAR
Para ejemplo basta un botón: Esta semana las redes sociales se han venido saturando con contenidos acerca de las elecciones del vecino país del norte. Todos, en alguna medida, hemos contribuido a darles difusión.
Nos hemos apropiado de este foro público accesible a todos en el cual nos sentimos libres de expresarnos. Volcamos nuestras personales opiniones y reproducimos las de otros, por desgracia no siempre concediendo el crédito al autor correspondiente.
Algunas veces volcamos a través de la palabra escrita aquella frustración personal ante la vida.
En otros momentos pontificamos, o nos adherimos de modo no siempre racional a las recetas que alguien más dicta en las redes, con esa misma fruición con que nosotros publicamos aquello que nos apasiona.
En otros momentos pontificamos, o nos adherimos de modo no siempre racional a las recetas que alguien más dicta en las redes, con esa misma fruición con que nosotros publicamos aquello que nos apasiona.
Nunca tomar líquidos helados; jamás tener sexo en jueves; consumir 250 gramos de betabel al día... Sumarnos a las causas perdidas de Kinshasa; evitar el uso de papel aluminio; proteger los derechos de la cucaracha alemana; desechar el horno de microondas de la casa, son algunas de las publicaciones que circulan en el ciberespacio y a las que no dudamos en sumarnos con vehemencia en nuestros foros virtuales, aunque a la hora de los hechos las perdamos de vista, actuando como activistas de escritorio.
De alguna manera la pantalla electrónica se ha convertido en nuestro espejo personal en el cual revisamos cómo lucimos antes de salir al mundo cada día.
Apostemos, primero a ser y luego a proyectar. No queramos construir un holograma para mostrar al mundo sin la sustentación de una realidad, porque nos quedaremos como el perro de las dos tortas, sin nada concreto para aliviar el hambre.
De alguna manera la pantalla electrónica se ha convertido en nuestro espejo personal en el cual revisamos cómo lucimos antes de salir al mundo cada día.
Apostemos, primero a ser y luego a proyectar. No queramos construir un holograma para mostrar al mundo sin la sustentación de una realidad, porque nos quedaremos como el perro de las dos tortas, sin nada concreto para aliviar el hambre.
La noche, los libros y la imaginación: Hermoso video
Con motivo del Día del Libro celebrado ayer 12 de noviembre.
Poesía de Antonio Muñoz Feijoo
No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de la tumba fría;
muertos son los que tienen muerta el alma
…y viven todavía.
No son los muertos, no, los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos;
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos.
La vida no es la vida que vivimos,
la vida es el honor, es el recuerdo,
por eso hay muertos que en el mundo viven
y hombres que viven en el mundo, muertos.
Gracias, Ángel por esta sugerencia.
CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez
Esta parte de mi vida pareciera como una etapa de reparación emocional.
Cuando uno piensa que ya está lista para retomar su propia existencia, algo vuelve a fallar.
De nuevo al taller, ni hablar, esto finalmente, no debe ser pérdida total.
Cuesta mucho subir la cuesta, pero estando cuesta abajo hay que recuperar las fuerzas para volver a escalarla.
Aquí, en reparación, con el alma abollada, con algunos daños que impiden que ande a cien el corazón, Pero con un camino que sigue y que no estoy dispuesta a dejar, no por voluntad propia.
Hay mucho por que reír, todavía sueños que realizar, queda gente en este mundo a la que quiero acompañar.
En reparación, buscando las mejores herramientas en la fe y la voluntad.
Poco a poco, y con tropiezos, pero reencontrando siempre una actitud positiva,una luz en Dios, mi guía, el amor que me rodea y me brinda protección.
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